domingo, 13 de octubre de 2019

Cena y manta

¡Hola! ¡Tengo una cita esta noche! 

Sí, el vecino del motero. En serio, tengo que buscarle mote, aunque tiene un nombre precioso. Mi nombre favorito de hecho, y no, no es Alejandro. Creo que estoy nerviosa, no espero nada, y lo espero todo. El viernes me compré una manta playera de esas que entran cinco familias, como la de mi amiga Sonia y que tengo miles de fotos con ella.... Como me robaron mi toalla de Aladín, pues me he comprado una en los puestos de las fiestas de San Nicasio, la eligió mi amiga Cris.

Y bueno, he pensado, que hace bueno, en llevarle a un sitio, con la mega manta y la cena preparada. No, no voy a cocinar yo, quiero que viva, no que se muera. Y bueno, a ver qué pasa, lo único que no quiero es pisar su barrio ni su casa. Yo me le llevo donde haga falta pero no quiero encontrarme a nadie como os he contado repetidamente. ¡Estoy nerviosa! Y no, no me gusta. Chicas, no me gusta, me cae bien y vamos a hablar, a cenar. 

Mis amigas no paran de repetirme que con un 112 no se cena, ni se hacen planes así. Lo sé, lo sé, lo sé. Soy la primera que lo sé, pero... Ais. Le he liado una... al pobre, menos mal, que sabiendo la verdad, me entiende. Y hemos quedado a las nueve, en la siguiente rotonda a su casa, solo hace falta que tarde cinco minutos, y mi coche allí parado de espera y vigilando la calle. No. Que me espere en otro lado. Lejos de su portal. Esto no es una cita, ¿verdad? Realmente, no lo es. Somos dos conocidos... cenando... en una manta... comunitaria... cualquier noche de domingo... Es justo eso. 

Hoy hablaba con alguien, que estoy en modo avión, o sea, interactúo con la gente pero no me llenan tanto como para sentir ni mariposas ni siquiera para ofrecerles un plan de tomar un café, no me apetece, y este chico pues sí. De hecho, ayer entre lo que llovía y que los planes que me surgieron no me motivaban en exceso, me quedé en casa. Todo el día en casa, casi me da un algo. Pero... No estuvo mal, hacía mucho que no pasaba una mañana de limpieza general, una tarde dedicándomela a mí, y no sé, estuvo bien y hoy... tengo plan, como os cuento. 

Si estuviérais en mi cabeza, está que echa humo. Esta noche, o mañana o cuando sea, os contaré qué ha pasado. De momento me voy a ir a correr a Polvoranca porque necesito soltar todo. Desearme suerte.

Patri Izquierdo Díaz


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