domingo, 13 de octubre de 2019

Mi vida de cristal

Tengo una vida frágil, de cristal, que si le das un pequeño golpe me rompes entera. Estoy en proceso de reconstrucción, pero aún no estoy terminada. Demasiados golpes, demasiadas fisuras, demasiados problemas, y un nombre que no se me va de la cabeza.

Pero no me permito estar mal. No puedo estar mal. No quiero que sepa, que no lo sabrá en la vida, todo lo que su recuerdo me hace llorar. No quiero que sepa todo lo que le echo de menos, y que por más que busco, no encuentro a nadie. Nadie lo entiende, nadie comprende cómo tanto amor hacia alguien que solo me ha hecho daño. ¿Cuándo ha sido bonito? me preguntan todos. ¿Cuando se iba con Ari, la chochi, la de Alcalá, cualquier otra que salía de debajo de las piedras? ¿Cuando, Patri? No lo sé, pero para mí fue especial, intenso, y en el fondo bonito. Es cierto que si pienso con la cabeza, no era mi chico, uno que abandona a la primera de cambia, que no cree en las segundas oportunidades ni en las primeras, porque no nos dejó tener ni una... Que yo le quedé grande, que le gustaba lo mismo que a mí, porque me gustaba a mí. Si a él por ejemplo le gustara leer a Defreds no lo hubiera dejado de seguir en Instagram, un chico sin ambiciones que no sabe estar solo, que necesita a alguien y va empalmando unas con otras, y que sólo se ha dedicado a hacer daño por donde ha ido... Su ex fue lista, y huyó con otro. No me extraña... Pero algunas nos hemos quedado estancadas en los recuerdos. Y el presente no ayuda. 

No ayuda que nada salga bien, no ayuda que yo ponga un ladrillo y se me caigan tres. Estoy cansada de ser WonderWoman, estoy cansada de intentar estar bien, distraerme y de paso buscar la felicidad en las pequeñas cosas... Estoy muy agotada y lo único que me saca un poco de la monotonía es mi trabajo, por eso echo tantas horas, porque es lo único que ayuda a evadirme. Pero echo de menos una persona que me pregunte qué tal el día simplemente porque quiere saber de mí, no intenta ligar conmigo, echo de menos un buenos días, no sé, salir del trabajo y que te estén esperando para un café, echo de menos tener a alguien ahí, simplemente porque quiere estar, y estar, es lo más difícil de conseguir.

Patri Izquierdo Díaz


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