Estoy harta del trato que recibimos de algunos chicos. Algunos chicos que nos pintan murales con corazones, que nos regalan palabras bonitas y que hacen de chico perfecto, pero... solo somos amigos, si acaso un polvo. ¿Perdona? ¿No os habéis planteado que la otra persona puede tener sentimientos... o puede llegar a tenerlos? ¿Puede crearse películas que vosotros ayudáis a montar?
Estay cansada de siempre lo mismo, chicos que se creen fuego y no llegan ni a cerilla. Chicos que pasan absolutamente de todo, pero están ahí, porque eres su obra de caridad, pobrecita, estaré a su lado. ¡Ya tenemos amigas y amigos, gilipollas! Chicos que te hacen la vida más dulce, pero... no te confundas, que esto es lo que hay.
¡Empatía! Empatía es lo que no tenéis y es la solución a todos vuestros problemas. Imaginaros, si sois capaces claro, de poneros en nuestro lugar. Tienes un día malo, y hay una chica que te llama, que te hace salir, que te lleva a cenar, a la nieve, te sintoniza los canales de la televisión si tú se lo pides, o peor, ella se ofrece a hacerte todo eso... Pronto, vuestro ego masculino diría..., esta quiere tema. No pensaríais que puede ser una amiga, porque hay límites en la amistad, esos que hacen que pases a llamarte de otra manera, y que por cierto, en las chicas, van acompañados de sentimientos. En vosotros no.
Me parece de una falta de, por supuesto empatía, madurez, respeto hacia la otra persona, egoísmo, engaño... y podría continuar la lista. Tengo un amigo que leerá esto, y es posible que ya le suene todo lo que estoy contando y sí, te leo la mente: "yo lo dejo claro desde un principio". ¿Se puede ser más estúpido? Perdóname. O no. El caso es que a este juego, juegan dos, que desde el principio (donde tú lo dejas claro) hasta que pasan varios meses, las cosas cambian. Los sentimientos también, pero qué sabrás, eres hombre.
Y esto señoras, no lo hace solo mi amigo... Hay otros que llevan el desayuno a la cama, otros te mandan poemas, otros te susurran que ojalá fueras la última, que es la más importante... En fin, es un tema que me cabrea bastante. Porque ellos, ya lo dejaron claro, ellos ya se lavan las manos, ya no son culpables... Y lo son mucho más de lo creen. Esto, no es que yo sea muy lista, se llama experiencia, se llama escuchar a todo el que viene y te lo cuenta, ellos y ellas. Todos son iguales.
Y no soy tan fría como parezco. Me muero por encontrar a la excepción que confirme esta regla. De verdad que sueño con encontrar a alguien que esos detalles les salga porque soy yo, simplemente yo. Ser única para alguien no es pedir demasiado, como me dijo este amigo, que también ojo cada vez que habla, me recuerda a otro... ¡sube el pan! (todos iguales, ya os digo). Pero no es mucho pedir, porque nosotras hacemos eso, si me gustas, lo doy todo, porque sale, sale de un sitio que no conocéis, se llama corazón. Y cuando alguien te importa, aunque no seas correspondido, la mente se apaga y se actúa con amor y cariño. Pero... Ahí estáis vosotros, con vuestros mensajes, vuestra lavada de manos, aprovechando la situación, ¿verdad? Y cuando nos enamoramos y ya no hay vuelta atrás. ¡Ah no! Pero... podemos ser amigos.
¡Dios! Cómo odio eso. Pues no, gente que no piensa en el daño que hace a los demás, ¿cómo va a ser mi amigo? No quiero amigos así en mi vida. Gente que no piensa en los demás, que te utiliza para llenar sus huecos vacíos de soledad... No, yo no quiero ese tipo de amigos.
Patricia Izquierdo Díaz
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