Hola pichón. ¿Hacemos las paces ya?
Vale si, mis impulsos me han vuelto a jugar una mala pasada.
Pero esto entra a formar parte de “nos estamos conociendo” ¿no?
Te habrás dado cuenta de que cuando estoy enfadada no dejo
títere con cabeza, arraso por donde paso y no miro más allá. Al día siguiente
puede que me arrepienta pero muy pocas veces mi orgullo me deja avanzar. Y sí,
tengo poca mecha y puedo discutir hasta con una piedra. Pero claro, es que si
me topo con “don expresivo” que da igual lo que le estoy diciendo porque no se
le mueve el flequillo… ¡pues me caliento más!
Quizás sería más sencillo si te diera un manual de
instrucciones para saber llevarme, pero te prometo que aunque a veces rozo la
locura, como estás pensando ahora mismo, no soy bipolar. Y ya de paso, pues me
das tú a mí el tuyo… porque eres de las personas que más me descoloca en este
mundo. Que oye, por una parte está muy bien, porque aburrirme no me aburro...
Pero por otra… me cuesta entenderte.
Sé que vivimos en mundos diferentes, y a veces, en
realidades distintas. Lo nuestro, aun no sabiendo lo que es, es difícil. Nos
parecemos en pocas cosas, pero reconoce, que hay muchas casualidades que nos unen.
Te sorprenderá que después de todo lo que solté por la boca,
y mira que la tengo pequeña, venga aquí, te ponga cara de buena y te diga que
quiero que hagamos las paces. Pero es que yo soy así… un torbellino que no
sabes por donde va a salir.
Te dije lo que pensaba, quizás no era el momento ni las
maneras. Pero no puedo disculparme por lo que dije. Lo llevaba un tiempo
rumiando y al final lo vomite… se que te eché, pero te echo un poco de menos…
Me da pena que lo que teníamos se acabe cuando en realidad
lo que me apetece es que nos veamos más. Que sigamos hablando, que sigamos
conociéndonos… y por qué no discutiendo. Las reconciliaciones luego son lo
mejor.
Llevamos bastante tiempo intercambiando mensajes, fotos,
audios… y mentiría si te dijera, que no me he acostumbrado a ello. No seguimos
un patrón, cada día es diferente… la hora de hablar, la manera de comunicarnos,
hasta las conversaciones… pero me gusta saber que antes o después mirare el
móvil y ahí estarás tú. Me gusta lo imprevisibles que somos. Me gusta no ser
como las demás para ti. Yo creo que si estuviéramos más cerca nos veríamos mas,
que nos sería más fácil y que ya habríamos decidido qué camino tomar respecto a
lo que somos. ¿Tú no?
Bueno venga, no quiero ser más pesada. Sé que tú también me
echas de menos…así que.,. Te perdono bobi. ¡Hagamos las paces!
Belén Triguero Guijarro
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