Ser generoso es un rasgo maravilloso que puede tener una persona, pero a veces, puede ser agotador o incluso dar a quien no lo merece. Cuando realmente te preocupas por la felicidad de los demás, es fácil perder de vista tu propia felicidad. Entonces sucede algo que se conoce (y se siente) como dar demasiado. Puede que tengas buenas intenciones, pero si no tienes cuidado, terminarás perdiéndote siendo demasiado generoso con los demás.
Aquí hay siete señales de que estás dando demasiado
A continuación se nombran algunas señales claras que pueden revelar que estamos dando demasiado y eso quizás nos esté frenando más de lo que nos corresponde, o incluso podemos estar siendo víctimas de una manipulación para mantener las cosas bajo control.
1. Te sientes como si estuvieras siendo manipulado
Si tienes sospechas de que estás siendo manipulado, probablemente lo seas. Alguien que te esté manipulando puede decir cosas para activar tu culpabilidad con el fin de obtener lo que quiere.
2. Tu ayuda es insostenible
Si tu “dar y dar” ha llegado al punto en el que ya no tienes recursos suficientes para ti, hay un grave problema. Si tu propia salud física o mental, autoestima o bienestar financiero están sufriendo y se están viendo afectados, estás dando demasiado y deberías detenerte antes de que sea tarde.
3. Tus relaciones se ven afectadas
Mientras que la generosidad sana puede permitir que las relaciones florezcan, el dar demasiado es una de las causas de que las relaciones se deterioren. Cuando no existe un equilibrio entre dar y recibir, uno o ambos pueden tener sentimientos de resentimiento, culpa o arrepentimiento que puede causar conflicto y daño en la relación.
4. Estás manteniendo a alguien
Si tu actitud de dar ha llegado al punto de permitir que alguien “viva a costilla tuya” como se dice popularmente, es el momento de dar un paso atrás. Permitir que otra persona permanezca físicamente insalubre, irresponsable o totalmente dependiente de ti no está haciendo bien a nadie a largo plazo. Si estás manteniendo a alguien, estás dando demasiado sin dudas y debes detenerte.
5. Sientes que se están aprovechando
Podría tomar un tiempo darse cuenta cuando alguien está tomando ventaja de ti, pero en el mismo momento en que te das cuenta deberías detenerlo y alejarte de esa persona. Alguien que usa tu amabilidad y generosidad para su propio beneficio personal no es alguien que deba permanecer en tu vida.
6. Tu oferta de una sola vez se ha convertido en una obligación a largo plazo
Ser generoso una vez puede conducir a un círculo vicioso para aquellos que quieren abusar de tu amabilidad. Si tu oferta útil de una sola vez se ha convertido de alguna manera en una obligación a largo plazo, y que tú no tenías la intención de que así fuera, recuerda que no te has comprometido a nada a largo plazo y que tienes todo el derecho a detenerte cuando tú quieras.
7. Siempre sacrificas algo
Si constantemente estás sacrificando tu propia felicidad para que otros sean felices, estás dando demasiado. Cuidar de otras personas es algo maravilloso. Pero cuidar de ti mismo es tan importante como aquello, incluso es lo principal.
Si tienes el conocimiento de que algunos de estos puntos que se describieron se pueden ajustar a ti, es hora de evaluar qué es lo que te impulsa a querer dar más de lo que te corresponde y qué deseas obtener con ello. Mucha gente aprovechada no sabrá decir “ya es suficiente” y quizás a largo plazo termines arruinado sin haberte concentrado en tu propio bienestar y supervivencia.
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