Somos humanos. Muy humanos.
A todos nos gusta que se preocupen por nosotros. Un "te echo de menos" suelto aunque sea. Invertir cinco minutos en un "me acuerdo de ti".
Que seguramente no sea necesario, pero nos ilumina la cara durante unos segundos.
Tan humanos que nos cuesta reconocer nuestros errores o ponernos en el lugar de otros. Como una canción de Andrés que nos transporta a otros momentos.
Y yo además de humano, soy raro. Y moriré raro. Invirtiendo segundos.
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