domingo, 28 de abril de 2019

Se reinicia la vida

Cuando salgo con las chicas, se me reinicia la vida. No me hace falta nada más en eso momento. Un drama por unas playeras, es un verdadero drama, porque todo está bien, porque no pienso en nada. Salir de casa, hacia donde sea, con quien sea, es un buen escape de la realidad. De una realidad, de un día a día, que pocos saben, y que cada vez me guardo más. ¡Podría escribir un diario! Porque todos los días pasan cosas distintas. Pero yo lo resumo todo en un "como siempre". A nadie le importa de verdad como estés, acaba aburriendo la misma historia día tras día. Y si no aburre, sólo es mi problema. Nadie tiene por qué cargar con ello. Además evito así las miradas de compasión, de tristeza, esquivo esos consejos de mucha gente que piensa que es fácil salir de un sitio así. Lo que esa gente no sabe es que mientras lucho con mi rutina, poco a poco me salvo a mí. ¿A cambio de qué? A cambio de muchas lágrimas, de muchos suspiros, de muchas tardes de terapia y de mucho, mucho, mucho... chocolate.

Como os decía en el texto anterior, no es que me halle atrapada en un rutina, es más, es un lugar, es la misma gente, es lo mismo... ¿Y mañana? Lo mismo. Y posiblemente al año que viene, más de lo mismo. ¿Os habéis parado a pensar que ocurrirá de aquí a un año? ¿Quién permanecerá a nuestro lado, quién se habrá ido o quién aparecerá nuevo? Vamos a hacer un juego. ¿Qué estabais haciendo el año pasado más o menos sobre estas fechas? Si os hubieran preguntado, cómo os veríais en un año, ¿os habríais imaginado lo que tenéis ahora? Yo he de reconocer, que mucho no me ha cambiado la vida. Ha aparecido gente nueva, eso sí, pero, gracias a Dios, todos a los que quiero siguen a mi lado, y espero que por toda una vida. Porque tras muchos castings, tras conocer a muchas personas, me he ido quedando con lo mejor de cada etapa. He sabido elegir, he sabido dejar pasar a quienes se lo merecían y ofrecerles un sitio en mi vida. 

Eso me lleva a otra reflexión. Estoy rodeada de gente tan maravillosa, que espero que se me pegue algo. No sé qué tengo porque ¡ostras! Soy muy difícil, que la gente se queda a mi lado, y ya os digo, que se quedan los mejores. Al final, voy a tener suerte y todo. Voy a tener que dar gracias porque no me dejan tener ni un día malo, porque ahí están, el ejército movilizándose cada vez que escribo algo por aquí. Porque creo que han aceptado, que yo no pido ayuda, que no soy de las que van y hablan. 

Me encantaría seguir escribiendo y escribiendo... Tengo muchas cosas que contaros pero es tarde. Y el texto crece y crece. Tampoco os quiero aburrir con melodramas. Supongo que la vida no es tan mala, después de todo.

Un último mensaje, a mis amigas, como siempre, que las quiero en mi vida, en mi día a día y siempre.

Patricia Izquierdo Díaz


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