viernes, 31 de julio de 2020

Corazonadas y probabilidades

Las corazonadas son sólo eso, corazonadas. Pero soy de esas personas que necesitan un uno por ciento de probabilidad para apostarlo todo por ellas. Porque me ilusionan. Y soy así porque, cuando estoy ilusionado, soy capaz de conseguir cualquier cosa.

Por eso, para mí, el noventa y nueve por ciento restante nunca es un problema.


Sandra

Qué mal me caías, y siempre que lo recuerdo, me río. Con que cara me mirabas, la rancia número uno de todas. Y mírame, aquí escribiéndote a la una de la mañana porque quiero que todos los míos, tengáis un trocito de mí por escrito, es más o menos como firmar un contrato. Ponerle palabras a los hechos o a los sentimientos.

Como resumen te diré, que quiero una vida contigo, a tu lado y tú al mío, sin que me abandones, que me guíes como has hecho hasta ahora, estando Sandra, estando cuando lo he necesitado. Trabajando la amistad por ambas partes, porque lo que no se le ocurre a la una, se le ocurre a la otra, por dejarme entrar en tu vida, en tu familia y tus animales. Que tenemos muchos planes y con mucho esfuerzo, saldrán adelante, que el futuro es incierto, pero aquí estamos nosotras para escribirlo tan perfecto con sus tildes y sus comas, y si no nos sale, volvemos a empezar, porque somos de diez y sabemos que hacemos un buen equipo en todos los sentidos.

Sabes que para mí eres una super guerrera, que le pones una sonrisa y marcha a todos los problemas, que nunca te has quejado de nada y eso que no lo has tenido fácil. Que tú sabes que la vida te golpea a veces demasiado fuerte, pero que siempre sale el sol chipirón, y que nunca hay que dejar de contemplarlo. Eres una luchadora nata y un ejemplo a seguir para tanta gente, que soy muy afortunada de tenerte.

Y tras todo este rollo, me gustaría decirte que gracias.

Gracias por, simplemente, estar. Por hacerme sentir mejor cuando no puedo más. Por levantarme cuando me caigo, o por, directamente, darme tu mano antes de caer. Gracias por hacerme reír, por conseguir que llore de la risa y que tenga grabado no sé cuántos momentos donde he sido feliz contigo. Gracias por llegar y no irte. Por quedarte incluso después de conocerme realmente. Con todo lo que eso conlleva. Gracias por demostrar, que siempre fue mucho más que decir. Por marcar la diferencia y por recordarme qué es lo que merece la pena. Gracias por salvarme, al fin y al cabo. Por acompañarme en cada paso que doy, sin cambiar de camino.

Gracias, por todo y más. Te super quiero.


Penúltima, siempre penúltima, Belén

"Justo antes de que bajar estaba escribiéndote una carta. Para mi las cartas son ese cacho de papel donde expresas lo que sientes sin que te juzguen y que conservas eternamente. Obviamente, no me ha dado tiempo. Y se ha tenido que convertir en un texto a golpe de teclado del móvil y enviado en forma de whasap. Sabes que no es mi manera ya que me busco los tres pies al gato para que sea distinto.. pero no ha podido ser. Aun así quiero que sea un texto especial,no muy largo para que no aburra, pero intenso,como yo. Que te llegue y que comprendas que no me asustan los kilómetros que nos separen, se que nuestra amistad es tan real como que yo soy un follonera y a ti te molan los calvos jajaja. Solo quería darte un, el día de tu no cumpleaños,las gracias. Por todo. Hasta que por respires. Esa persona que me deja analizar, observar y estudiar hasta el mínimo detalle para luego animarme a que siga haciéndolo porque se me da bien. Por la confianza absoluta. Por estar y dejarme que participe en tu vida de locos. Y que sea una loca mas. Gracias por mirarme con esos ojos que solo me ven bien y ven mas que yo, de mi. Gracias por dejarme formar parte de tu historia,de tu vida y conocer a esas personas que para ti son importantes. Gracias por aceptarme. Por quererme así, liandola y hablándole mal a todo el mundo. Gracias por seguirme la corriente sin bailarme el agua. Gracias por apoyarme. Por cuidarme. Por preocuparte en plan madre. Gracias por todos estos años y los que quedan. Por la distancia es solo un numero como la edad que nos separa. Porque hoy, en el día de tu no cumpleaños, estoy segura de que según nos lo tomemos. Así sera ❤"

Belén Triguero Guijarro 

Después de despedirnos de todos, en mi No Cumpleaños, tocaba despedirme de ella.

- ¡No llores que me voy!

- No lloro - la dije ya llorando como una niña pequeña agarrándola tan fuerte como si así no se me fuera a escapar. 

Pero se va. No publico su carta para vacilar de amiga ni exponer sus sentimientos, sino porque al final, "Desde mi ventana" es mi diario, mi refugio y quería escribir que desde ese momento, la vida cuesta un poco más...

No tengo palabras ante las tuyas... La verdad es que hasta el día 17 no voy a tener muchas. ¿Cómo se dice adiós a alguien que quieres con todo el alma? Pues no se puede... Como diría Marwan... "pienso matar al que inventó las despedidas". Pero es así. Te tienes que ir, tienes que empezar de cero, y yo me alegro mucho por ti.

Gracias por quererme tanto... Y hacérmelo saber, hacérmelo llegar y no solo con palabras. Gracias por un cumpleaños de locos, por conocer y coincidir con todos aquellos que están en mi vida. Gracias por entrar tan de lleno, qué fíjate, ahora qué difícil se pone la despedida...

Poco más, cari... Poco más que añadir a las miles de entradas que te he escrito... Poco más, porque hay sentimientos, que lo siento, sé que te gusta ponerle nombre a las cosas, pero yo no encuentro las palabras.

Nos vemos... Te quiero un mundo.


¡Feliz No Cumpleaños!

Antes de nada, gracias a todos por las felicitaciones. Tengo que decir que no es mi cumple, es el día 3 de agosto, pero, como me iba de vacaciones, lo dejé celebrado. Este cumpleaños era muy, muy especial...

No voy a seguir ningún orden, el de la foto mismo, porque si en ella aparecen, es porque son importantes para mi, todos ellos.

Isaac... ¿te has puesto en una esquina de la foto por si nos dejamos de hablar poderte recortar? ¡Es broma! (si te enfadas, bebe agua, remedio casero). De ti podría escribir una entrada para ti solo, pero para aparecer en este blog, con nombre, hay que currárselo... Detrás de un mote o sobrenombre, podría estar cualquiera, y eso es precisamente lo que no quiero. Quiero que tengas tu identidad aquí como uno más. Has sido muy valiente entrando en un grupo de rancias... Espero que te lo pasaras bien y bueno, me vas conociendo, me vas pillando y quién sabe si en la foto del año que viene aparecerás, lo mismo nos odias a todas y haces bomba de humo. Ya sabes qué concepto tengo de mis amigos, ya las has visto, a ellas y a ellos, damos todo y más, y si empiezas a formar parte de nuestras vidas, tantas negativas te van a sobra... Un placer haberte tenido en un día que ha sido tan bonito para mí, gracias por aparecer diez años más tarde... como dices tú, cada uno a su ritmo.

David, una gran sorpresa para todos la verdad, según te vamos conociendo y creo que hablo en general, vas sumando puntos. Tú y yo ya lo hemos hablado, mil gracias por estar en momentos que se quedan grabados y espero volverlos a repetir inventándonos cualquier excusa para organizar una de estas.

Dani... ¿qué quieres que diga qué no sepas ya? ¿Hasta el infinito y más allá? Gracias. Y no te digo más, que luego te pones rojo, Don Perfecto. 

Belén, tú más tarde (siguiente entrada).

Alex... Somos de pocas palabras, pero gracias por estar ahí siempre. Y cuando digo siempre, es desde hace dieciséis años. Con nuestros más, nuestros menos, más separados, más juntos, más arriba o más abajo, pero sé que voy a poder contar contigo, por lo menos, otros dieciséis años más. Que te quiero un montón, y eres el mejor regalo que aún conservo del cole (y mi Cris), por muchos más momentos, y por más personas como tú, eres increíble. 

Mi San, espero que sepas que todo el amor que te tengo, es por Axel y mi nuevo bebé, lo sabes, ¿no? Que mira que me caías mal, y fíjate dónde hemos llegado. Que te super quiero, hasta la luna y de vuelta, te quiero en mi vida para siempre. Que los zascas que me das, no me los da nadie. Y como nos reímos de todo y de todos... no tiene precios, ya verás el karma, la factura que nos va a dar. Pero sabes, que tanto en lo profesional como en lo personal, confío plenamente en ti, y ojalá cumplamos muchos sueños juntas, todos los que tenemos en nuestra lista... Que te quiero.

¡Ana! El gran descubrimiento. Que eres genial, que creo que tenemos muchas cosas en común, para llorar, para reírnos, para pasar mil tardes juntas. Que has entrado en mi vida y no te voy a dejar salir, ya te aviso yo de que soy muy pesada y que los míos, son los míos y has entrado por la puerta grande, de la mano de la mejor.

Mi Sonia... ¿qué más te voy a decir a ti también?... Pues que te quiero, ¡yo más!

Por último, lo que siempre escribo y no me cansaré de hacerlo... Soy muy afortunada con los que tengo a mi alrededor... Y nos los cambio por nada. Sois mi mayor tesoro.

A la vuelta del verano, más y mejor. 


jueves, 30 de julio de 2020

Sonia

Bueno, Soni, es tu turno.

¿Quién iba a pensar que te has convertido en una de las personas más importantes de mi vida? Pues eso, que la vida nos sorprende, que la universidad unió algo que probablemente no estaba destinado a ello. ¿Por qué? Diferente grupo de amigas, diferentes horarios y si me apuras, diferentes provincias... ¡como para encontrarnos por casualidad!

Pero ahí estamos, día tras día, con una de mis rancias favoritas. Una de mis guerreras valientes, que no la importa cambiar de rumbo, que gira 180 grados su vida si es necesario para buscar su camino. Que no tiene miedo a nada y que te cuida siempre desde un segundo plano. Eres increíble, sacas una sonrisa a cualquiera, esté dónde esté, que esté pensando en alguien que no debe o esté comprando ropa en un chino. Pero tú llevas siempre el humor contigo, contagias... Y tus "broncas", como dices tú, rentan. Me encanta escucharte porque siempre te pones en la piel de las personas, para situarte después junto al más débil, intentando entenderle, intentando darle la vuelta a la tortilla para hacerme entender tu lema: "No hagas lo que no te gustaría que te hiciesen". 

Sabes que me quedo con cada una de tus palabras, y que te cuento absolutamente todo sin miedo a que me riñas. El viaje a La Manga, creo que nos unió aún más. Allí solo éramos tú y yo, en pijama, en bikini, con nuestras pelis, nuestros silencios y nuestras charlas... Creo que jamás había estado con alguien que entendiera tan bien que mi propio espacio es importante... Y sabes que si alguna hay que tirar de la otra, tengo la confianza ciega de que así se hará. Porque opinas lo mismo que yo del concepto de la amistad, que vemos la vida de forma muy similar, y al que no pillamos... ¡lo crucificamos! Que se nos da genial hacer teorías sobre gorras o chicos sin camiseta... ¡Fíjate! Tanto tiraste de mí que me estás educando en el alcohol.

En la vida hay personas especiales que son como un buen café, con las que te da gusto disfrutar una mañana o un atardecer, te despiertan los sentidos, las ideas y levantan el ánimo con sus ocurrencias, son personas sinceras que se toman el tiempo de escucharte y ponerle un toque positivo a tu vida y sin miedo a equivocarme puedo decir que tú eres una de ellas.

Por una vida junto a ti, te quiero mi cari. ¡Y siempre, yo más!



lunes, 27 de julio de 2020

Jorge

Lo primero, muchísimas felicidades, te haces mayor... Y te deseo lo mejor, tanto este año que inauguras como todos los demás que te quedan por llegar.

Quería hacerte este "regalo", posiblemente pienses qué cursilada, pero es mi forma de expresarme, ya lo sabes. Llevas sabiéndolo desde el instituto. Y decirte algunas cosas, las cuales, no sé por dónde empezar... Hace un año que no he sabido de ti, y la verdad, es que nunca he estado desinformada de cómo podías estar o de cómo te iba. 

He intentado estar atenta a todas tus publicaciones en las redes sociales, y bueno, amigos en común. Quizás porque te echaba un poco de menos. En la cuarentena, me propuse hablarte, pero cuando todo el mundo me hablaba a mí, pensé que era porque las personas se aburrían y no sabían qué hacer, y por nada del mundo quise darte esa impresión. 

Sabes perfectamente el concepto de la amistad que tengo. Los míos, son míos, y tú siempre has sido de los míos. Hemos tenido periodos en los que nos hemos visto una vez al año, otros que solo hablábamos a través del teléfono, otros que nos veíamos con frecuencia y te unías a mis amigas y a mis planes... Pero siempre, de una manera u otra, hemos estado ahí. Y, ahora mismo, creo que una otitis es una escusa perfecta para hablarte.

Cometí errores en el pasado, y nadie debería perder a los amigos ni antemponerlos a nadie por muy especial que sea. También te fuiste muy fácil y volver... no has vuelto. Pero me ha faltado el tiempo para preguntarte al ver una foto en las historias de Instagram bastante inquietante. Quizás porque, a los mío, el cariño que les tengo es infinito que no se pierde ni con el tiempo, ni con los problemas, ni con la distancia... Lo mismo al leer esto, te estás riendo de mí porque no estás de acuerdo, pero, si tengo que currarme el estar a la altura, de nuevo, para poder hablarte sin temor a que me respondas por compromiso, lo haré. Sabes que soy cabezota, no me gana nadie a eso... Siempre hasta que tú lo permitas, claro está. Al fin y al cabo, las relaciones son de dos y si uno no quiere, el otro tiene poco que hacer por mucho que insista y se lo trabaje.

Para terminar, decirte otra vez, que muchísimas felicidades y que me parece el momento oportuno para hacerte leer toda esta parrafada y bueno, si la quieres contestar bien y sino pues también. Pero por lo menos, he soltado algo que llevaba un año dando vueltas en mi cabeza, y ahora la pelota está en tu tejado...

Que pases un precioso día, amigo.


Es hora de crecer

- ¿Qué estás haciendo? ¿Matándote en el gimnasio? ¡Mira cómo estás! - le reprocho.

- Lo mismo que tú en la cuarentena o cuando te dejó el motero. Y no me grites - me señala con el dedo.

- Tú siempre has sido el cuerdo de los dos. Yo estaba a por uvas - acepto el disparo.

- Pues, ahora estamos en la misma situación. ¡Solteros! - se sienta en la barra de la cocina a beber su batido de proteínas.

- ¡Alex! ¡Basta! Me estoy preocupando de ti - doy un golpe en la encimera.

- ¿Cuántas veces me he preocupado de ti y no me has hecho ni puto caso? - me mira a la cara.

Respiro. Cojo aire. Y le miro.

- Me voy a ir. Creo que necesitas estar solo. Llámame si me necesitas, ¿vale? - ni me mira. 

Cojo mi bolso y decido salir por la puerta pensando en qué más le puedo decir.

- ¿Te acuerdas de la noche que pasamos juntos? La última - asiento - Ese día tomé la decisión. Ella no era la adecuada, y no podía seguir haciéndole esto. Pero sí que era perfecta para mí. Ha sido bonito, Pati. Muy bonito. Y la paz que he tenido con ella, es la que jamás tendré contigo. Soy un estúpido, ¿sabes? De seguir enamorado de la misma mujer que me hace vivir en la calle del amargura. ¿Y qué hago? Dejo a una mujer increíble porque no consigo sacarte de mi cabeza. No quiero que me ayudes, quiero, o que vuelvas conmigo o sacarte de mi cabeza. Pero no voy a estar así siete años más.

Le veo abatido. Consumiéndome. Y es un sentimiento, un hecho que he vivido recientemente. De amor nadie se muere, pero la muerte se siente muy de cerca.

- Me voy... - le miro.

- Huye como haces siempre - me recrimina.

- No estoy huyendo. Quiero estar sola un tiempo... Yo no soy el motero. No te voy a usar si no sé qué siento ni que quiero contigo. Tengo claro algo, que quiero estar sola, al menos un tiempo. Y terminar estando bien para el que quiera estar conmigo.

- Es que yo puedo ayudarte.

- Tú ahora mismo estás tan jodido como yo - le digo - Y dos pollos sin cabeza, no hacen uno...

Se levanta y me coge de la cara para besarme. Y me besa. Pero me aparto.

- No... No soy tu parche, ni tú el mío. No nos faltaba más que hacernos esto. 

- ¿Hay alguien más? - me pregunta.

- Te prometo que no - niego con la cabeza - No estoy para nadie...

- Campanilla... - susurra mientras me coge de la mano.

- Es hora de crecer... Lo siento, de verdad, que lo siento. Pero tienes razón en que no podemos seguir otros siete años así - me doy la vuelta y abro la puerta.

- Cásate conmigo y terminemos con esto - me grita desde el medio del salón.

- ¿Ese ha sido el disparo de desesperación? Fíjate en cómo estamos y sueltas eso. ¡No estás bien! Me voy a ir porque al final me propones tener tres hijos como solución a los problemas. Se te está yendo la cabeza muy seriamente. 

- Deja de pensar con la cabeza y...

- ¿... déjate llevar? - pregunto terminando su frase.

No dice nada.

- La inmadura aquí soy yo. La que no sabe gestionar las emociones soy yo. La loca a la que la dan flushes soy yo. ¿Cuándo hemos intercambiado los papeles?

- El día que entraste en mi despacho...

- Te quiero, Alejandro... Pero este no es el camino. No es ningún camino porque no nos llevará a nada. Llama a tus amigos, invítalos a comer y dúchate. No dejes de ser tú. Es lo peor que te puede pasar, perderte...

- Me perdí el día que te besé por primera vez - me suelta.

Le miro mordiéndome el labio. Sé que es estar a la desesperada. Lo sé, yo también lo he hecho. 

- Luego te escribo. Llámalos y llama a Lola para que limpie todo esto antes de que vengan a casa. Te escribo luego.

Cerré la puerta corriendo y me apoyé en ella. Me duele verle así, tan perdido, triste, desesperado, apagado... Me duele ver a un chico tan grande, tan ahogado en su propia historia que también es la mía. Está claro que no le voy a abandonar, pero que no soy su mejor apoyo, es cierto. Entro en Instagram y hablo con uno de sus mejores amigos... Me dispongo a ayudar en la oscuridad, a ser el ángel de la guarda que él mismo me enseñó a ser. No va a estar solo, porque tanto desde lejos como en primera fila, yo voy a cuidar de Peter Pan.


domingo, 26 de julio de 2020

Siempre en mi equipo

En la época que vivimos de postureo, seguidores falsos e intentos de proyectar vidas perfecta, estás tú. Natural, sencilla y risueña. Con tu manera de enfrentar a la vida sin filtros. De cara. Con tu nula paciencia para las fotos y con esa habilidad innata para ofrecer planes en todo momento. Siempre ahí. En lo bueno, en lo malo y sin mirar a nadie por encima del hombro. Aportando algo cada vez que puedes.

A ti, que eres tan distinta en un mundo de iguales, si algo tengo claro, es que te quiero siempre en mi equipo.


No soy perfecto

No soy perfecto, y la mitad de las veces la cago. Pero eso sí, si me ilusiono, si siento cosquillas, mariposas o nervios, voy sin chaleco antibalas y sin escudo. Salto, cierro los ojos o doy el paso, llámalo como quieras. Apuesto como me gustaría que apostasen por mí.

Así que, ya lo sabes. Aquí yo soy la constante y tú la variable.

¿Lo quieres dar todo conmigo? Te avisto que, para cualquier otra cosa, estás multiplicando por cero.


Nuestra balada de amor no correspondido

Mañana es lunes, y... ¿te echo de menos?Pues no lo sé. Soy un nuevo yo, en una nueva ciudad y con nuevos sueños por conquistar. Supongo que la vida se me ha puesto ilusionante de repente, pero aun así no me atrevo a decir que no me sigo acordando de ti.

Aún guardo las entradas de aquella noche que fuimos juntos al cine a ver una peli española malísima. Cuando saco la tarjeta del metro, las veo, y con ellas te a ti. No diría que te sigo queriendo, pero tampoco diría que no volvería a hacer el tonto para hacerte reír. Para que seas feliz. Y que, con ello, yo lo sea.

Porque creo que supe que te quise desde aquel primer beso, ese en el que estabas tan colorada que no que no habían inventado un todo de rojo tan intenso como lo que sentías. Esos instantes previos en los que experimenté contigo los segundo más largos y más cortos a la vez de la historia. La vergüenza que sentía al esperar a que me recogieses con tu coche.

- Una canción más y nos despedimos - no parabas de repetir.
- No te lo crees ni tú - te respondía.

Y cuánto molábamos, joder. Contigo nació un escritor. Y no me extraña, porque tú eres de mejorar todo lo que tocas. 

Tú, yo y la balada de amor no correspondido que algún día escribiré por los dos. Esa que nadie va a cantar. No creo que llegase a sonar bien, pero soy desastre en mi vida que hasta puede que sí. Lo que tengo claro es que algún día miraremos hacia atrás y nadie te habrá escrito como yo, ni nadie me habrá inspirado como tú.


Belén

No sé cuando publicaré este post, pero cada vez que lo leo, añado o quito algo y es que me está costando mucho, muchísimo, escribirlo. Por el título, ya sabéis para quien va. Y os aseguro que ha sido el primero en ser escrito de la saga que voy a publicar.


Aún recuerdo cuando íbamos en metro a la universidad y te agobiabas al hablar conmigo sobre la cantidad de trabajos que teníamos y que dejabas para el final. Recuerdo que éramos tan diferentes que nunca aposté por ti la verdad, y creo que tú tampoco. Simplemente surgió con una quedada en el Templo de Debod. De eso hace muchos años. Y así fue... Un día, otro día... Que vivas al lado ayuda mucho. Empezamos a estudiar, a intercambiar todos los exámenes que conseguíamos, y ahí estuvimos hasta el último día, juntas.


Me has acompañado en cada momento, siempre a mi lado como la voz de una conciencia, sabiendo que me iba a estrellar y aún así, sin apartar esos ojos tan bonitos que tienes de mí. Echándome broncas, vaciándome, reorganizándome las ideas, buscando las mil soluciones que mejor viera, con la que mejor me sintiera. Dedicando tiempo a las miles de conversaciones que se repetían una y otra vez: la época del Repollo, la época del Motero, la época del Bollo, de Peter Pan, la del Pollito... La peor época de mi vida que fue el verano pasado. En todas y cada una. Sacando siempre lo mejor de mí. La idea de "tienes que salir más", fue de ella, os lo aseguro... Y así pasó, no volví a entrar. Siempre dejándome ser yo, evolucionando para mejor y respetando mis tiempos, ayudándome a superar todos mis miedos.


¿Quejas? Muchas, como tú de mí, pero como he puesto en los escritos anteriores, ninguna relación es perfecta. Y la nuestra es especial, porque somos dos personas perfectamente imperfectas y quizás esa es la magia que construimos (y que somos, a veces, insoportables, también cuenta algo, poco... pero cuenta). Tenemos mil historias... De todas las categorías... Por fin, hicimos el viaje que nos faltaba, pisamos la playa, el río y la montaña, como nos gusta a nostras, todo a la vez, ¿para qué perder el tiempo? Y más cuando hay un reloj haciendo tik-tak. 


Y es que es así como yo te quiero, Belén. En todas partes, en todo momento y en todas nuestras historias. En las tuyas, en las mías y en aquella que nos vimos mezcladas y que tan mal acabó.


Pero de todo se aprende. Y es que si quieres a una persona, tanto como te quiero yo, no hay nada que hunda el barco. Podemos ser tocadas, heridas, la vida no es fácil, pero nunca hundidas. Tienes el mismo concepto que yo de la amistad. Entendemos las cosas de forma semejante y sino las discutimos, que eso se nos da muy bien, con la plena confianza de que jamás va a llegar a nada más. Tenemos claro que los nuestros, son los nuestros y que lucharemos por ellos hasta el final. Que si ellos están bien, nosotras también, y que si hay que olvidarse de nosotras para salvar al de al lado, lo hacemos. 


Siempre te lo he dicho. Para mí, eres un ejemplo a seguir. Eres una guerrera, luchas como nadie por aquello que te importa, te dejas la piel y el corazón en cada batalla para luego llorar entre cuatro paredes, fuera de la vista de todos, coger fuerza, respirar y a seguir luchando. Tú entiendes lo que es mejorar cada día, comprendes que la equivocación no es un error sino parte del aprendizaje por el que necesitamos pasar. 


Te he estado evitando estos días, no quiero terminar nunca de escribir este texto, ni siquiera sé si lo publicaré, es más para mí que para ti, lo siento, pero necesitaba contar lo importante que es para mi y lo que supone tu viaje. Aunque es una gilipollez muy grande, porque es ahora cuando hay que aprovechar el tiempo, luego solo podremos arrepentirnos... Pero es duro.


Que te vayas a Alemania... Me alegro tanto como que no. Me alegro por ti, porque es una nueva etapa, porque es trabajo y todo lo bueno que vendrá con él, porque sé que te hace ilusión y porque es una forma de empezar una nueva vida, poner el cuentakilómetros a cero. Y es muy valiente dejar todo aquí, sabiendo que lo más importante para ti es tu gente, precisamente los que aquí nos quedamos. Pero mis tardes de cualquier día entre semana contigo, van a faltarme. Las historias, que sigas conociendo a mis chicos y los movilice hasta Fuenlabrada, reírnos de los calvos simplemente porque no tienen ni un pelo de tonto. Nuestro Dani que se ha unido al club de las brujas. Mis audios cuando me pasa algo, algún drama... Todo eso, va a cambiar.


Eres la persona que define mi concepto de amistad. Con la que es fácil, con la que sale solo. Tengo muchas amigas, pero eres especial precisamente por ello, porque a cabezota no nos gana nadie. Porque necesitamos reconciliaciones y para ello tenemos que enfadarnos, que el orgullo a veces nos mata. Pero tenemos la base más fuerte y bonita que hay, cariño, amor, dedicación, entrega, amistad... contigo siento eso que dicen que los amigos son la familia que elegimos, y es que volvería mil veces a aquella universidad a agobiarte con los trabajos para que saliera esto que tenemos.


Que no se acabe porque tú estés en Alemania. No. Me niego, pero que cambia, eso lo sabemos las dos. Pero somos como somos, un buen equipo, y el mundo es redondo. Y si te quiero un mundo, Belén, estés donde estés no hay escapatoria, nos encontraremos. Podría escribir, escribir y escribir... Pero no puedo aportar más de lo que he escrito de ti durante todo el este tiempo. Que te quiero, lo sabes, que eres de las personas más importantes de mi vida... También lo sabes, aquí, yo solo lo verbalizo, le pongo palabras a lo que se supone que es. Y creo que todos necesitamos alguna vez que nos lo digan. 


Nos queda una... El miércoles. Opino que en la amistad, no hay que agradecer nada cuando es recíproca, porque tenemos el derecho y la obligación de estar ahí. Simplemente estar. Pero, gracias, gracias por todas tus palabras, por todo tu cariño, por todos los momentos. Por absolutamente todo. Y estaré ahí, apoyándote una vez más en tus sueños, en tu vida, de la cuál no me quiero alejar.


Te quiero un mundo, cari.


Dani

Ay Dani... 

Esta entrada viene de la reflexión anterior. Es otro de los raros que entienden la amistad como yo. La amistad de dar porque sale, porque simplemente sale. Y concretamente a Dani, le cuesta recibir, porque él sabe autogestionarse, porque él arregla los problemas consigo mismo, en silencio, en un segundo plano. Me ha llevado muchos años entenderle, llegar a él, porque podría pasar por alguien frío, tímido o simplemente raro. Y es mucho más que eso. Es alguien atento, detallista... Algunas dicen de él que es Don Perfecto. Y es cierto, es todo lo que una chica pediría a los Reyes Magos. 

Es el primero que tiene iniciativa, no tiene pereza a la hora de moverse y movilizar al personal. Organiza, piensa, valora, decide, expone pero nunca discute. Nunca. Espera a que tú misma te des cuenta de que estabas en un error. Después, solo te mira y se ríe. Le cuesta coger confianza. Le cuesta darse al mundo, poniéndose siempre en lo peor y dejando que la vida le sorprenda con todo lo bueno que trae. No tiene miedo a nada, no tiene miedo a que le hagan daño, no tiene miedo a los problemas... Anda seguro sobre sus zapatillas de correr por si fuera necesario. La supervivencia es lo suyo. Le gusta encarar la vida mirándola a los ojos... Es una actitud en todos los ámbitos que maneja. Y para mí es un ejemplo a seguir. Únicamente sigue su camino, no mira al de al lado, no compite ni envidia a nadie... Sí, es perfecto.

Es el mejor amigo que se puede tener. No te abandona aunque le eches. Siempre vuelve, siempre te hace hablar, sonreír y llorar, pero abrirte... Y no cuesta nada. Te escucha y te dice la verdad de lo que hay, te lleva la contraria si hace falta y no te deja por imposible. Cuando por fin se abre... Lo que tiene dentro es un corazón de oro... Si es guapo por fuera, porque guapo es un rato... Por dentro es una persona infinita. Tanto por ofrecer, tanto por dar, tanto por mostrar y solo al alcance de muy pocos. De los que se lo curran, de los que están ahí dando el callo, de los que tiramos de la relación en la misma dirección. De los que entendemos que la amistad es de dos y está basada en la dedicación, en el trabajo y en el esfuerzo de cada día. Que como he dicho antes, ninguna relación es idílica y que es una constancia de día a día. Y diréis, lo pintas muy duro... No. Duro sería si no hubiera el cariño y el amor que se requiere. Pero lo hay. Con Dani es imposible no tenerlo.

Os he hablado de él en general. Pero si pasamos al terreno más personal, os digo que no le asustan mis púas de cactus. Se empeña en abrazarme siempre que puede o ve que lo necesito. Es capaz de darme lo que yo no tengo para ofrecer porque otros se lo llevaros arrasándome por el camino. Su paciencia hace que no me sienta tan devastada, tan rota, tan juguete sin ningún tipo de valor... Él es de los que promete que se quedan a tu lado, que lucharía por ti contra un montón de tornados, y lo más valioso de todo, es que no son palabras que se las lleva el viento... Es que son hechos. Es una suerte contar también con la magia de él. Además que tiene embobadas a todas mis amigas... precisamente porque es especial, porque es un hombre, un caballero. Es... perfecto (y sé que te molestará, pero me da igual), es más, una cosa te digo, si tú no te consideras perfecto, me toca un pie. Yo sí, y por eso te quiero a mi lado.


Cristina

Hoy me han aconsejado de que no debería depender tanto de mis amigos. No es dependencia lo que siento por ellos, ¡qué equivocado estás! Es la seguridad de andar por terreno pantanoso y saber que aunque lo hagas fatal, siempre vas a tener la seguridad de tener una mano que te ayude. De que alguien vele por ti y te mire de reojo aun sabiendo que te vas a pegar la hostia de tu vida. Pero que jamás estarás solo. Y para mí, es el mejor regalo que tengo.

Este comentario me ha hecho reflexionar y mirarla. A ella. Lleva conmigo desde los tres años, con nuestros altibajos por supuesto, ninguna relación del tipo que sea es idílica. Pero ella tiene la magia que busco en las personas que están a mi lado y que yo considero que vale la pena darlo todo por cada uno de ellos. Y quien no entienda esto, es que está muy solo.

Ella me ha acompañado en tantas cosas que prácticamente es imposible enumerar cada uno de ellas. Pero echo la vista atrás, y siempre está. En lo bueno, en lo regular y por supuesto en lo malo. Hoy hemos estado hablando de la vida, de que tocamos los treinta casi con la mano. Y la miraba mientras ella hablaba, y joder, nos queda más de media vida juntas. Son de esas personas que sabes, con absoluta certeza, que pase lo que pase, va a estar, aunque la eches, aunque no quieras, aunque ella también desaparezca, aunque necesitemos un tiempo y haya miles de kilómetros en medio. Son de las personas que me lanzaría a ella con los ojos cerrado sabiendo que hará todo lo que está en su mano para que no me haga daño.

Mis problemas son suyos, y al revés. Nos enfadamos, los discutimos, miramos las miles de opciones que tenemos, los volvemos a discutir, porque es lo que tiene la confianza, que puedes decir todo lo que quieras y saber que detrás de ello no hay más, que ahí se queda. Que la amistad está por encima de todo. Y que si te quieres dar el golpe por cabezona, adelante, yo estaré al otro lado. Y si te sale bien, estaré para celebrarlo. Ella ha estado este último año más unida a mí por las circunstancias de la vida. Sin esperar un gracias, porque los años, nos han enseñado que es así, que estamos ahí y punto. Y no es de agradecer, es una obligación y un derecho otorgado por el amor que nos tenemos de tantísimos años. Es así de simple la ecuación, y vuelvo a decir, que quien no lo entienda, tiene un problema. 

Los amigos, son la familia que se elije. Ella me vino cuando apenas sabíamos de que iba el mundo. Pero es que la elegiría mil veces más en el cole. Aunque haya días que no te soporte como tú a mí. Hemos quedado que ninguna relación es idílica, pero tiene los cimientos necesarios para que dure y dure... Confianza, respeto, cariño, dedicación y mucho, mucho amor. Te quiero, peque.



viernes, 24 de julio de 2020

Consejo a la hora de imaginar

A veces cometemos el error de hacer grandes los pequeños problemas. De asustarnos antes de tiempo. De anticiparnos y pasarlo mal con sólo pensar e imaginar algo que, en la mayoría de los casos, termina por no suceder. Lo peor es que luego, a la hora de imaginar ilusiones y sueños, llegamos a ver hasta más difícil de lo que en realidad es.

Un consejo: fíate más de tu imaginación para lo bueno y no tanto para lo malo.


La chica del sombrero

Ella y su forma de ser salvan como el paraguas que te cubre en mitad de una tormenta. Alguien que consigue que los problemas sean diminutos cuando te escribe con sus emoticonos de monitos avergonzados. El abrazo fuerte que se necesita viendo una película de miedo. Planes: Sevilla, Madrid... donde sea, mientras sea ella conmigo y yo con ella. La sensación de que te sobra la semana entera por querer vivir a su lado un sábado. La necesidad que experimentas cuando suena el móvil y es un mensaje suyo, siendo inevitable decirle al mundo que se pare, que vas a contestarle. Su forma de ser, el verde de un semáforo que da vida a Madrid. Su cara, tan bonita como Gran Vía de noche. Y ella... ella es todo, como la Puerta del Sol. Idas y venidas de emociones, sueños y alegrías. Ecos de sonrisas perdidas que llegan como melodías a quienes tienen la suerte de rodearla. Postureo que ya no es postureo, sino más bien ganas de vivirlo todo junto.

Ella es, sencillamente, la casualidad de metro sesenta más bonita de la historia.


A veces nos conformamos con agarrarnos a una llama de esperanza y nos olvidamos de que nos merecemos un puto incendio.


El mundo está lleno de gente que no da una oportunidad a personas geniales porque algún capullo/a les hizo daño. Y es una pena.


Decisiones

Imagínatelo: De repente, aparece ese alguien que, aun queriendo, no terminas de olvidar. Ese alguien que representa el puzzle para el que sientes que eres la pieza perfecta, por mucho que lo niegues. Ese alguien por el que tantas veces te has tragado tu orgullo y por el que volverías a hacerlo si se diera la oportunidad. Ese alguien por el que no estás con nadie porque con nadie encajas del mismo modo. Imagínatelo. Al subirte al metro, al cruzar una esquina o comprando en el supermercado. Tú, un día cualquiera, en el momento exacto en el que el día termina siendo de todo menos cualquiera. Hablando como si nada, cuando para ti lo es todo.

¿En ese caso qué haces? ¿Lo vuelves a intentar sabiendo de sobra que va a salir mal? ¿Lo dejas pasar sabiendo que es lo único que quieres? 

Qué injustas son las decisiones de la vida en las que, hagas lo que hagas, lo vas a pasar mal.


jueves, 23 de julio de 2020

Tu club de fans

Hoy, de nuevo con alguna copa de más, les he hablado a varios sobre ti. Creo que más de uno se ha inscrito en tu club de fans, ese en que yo soy presidente.

Sabes que yo soy más de detalles, así que no he dicho nada sobre lo preciosa que eres. Sólo les he dicho que nadie ha conseguido embobarme como tú. Que donde debía de haber dolor, yo descubrí que, escribiendo, podía estremecer con lo que me hacías sentir. Que tú eres capaz de provocar guerras y treguas con un guiño de ojo. Que tú le das sentido a luchar por el imposible. Que el calor de agosto envidia al de tus abrazos. Que la literatura se quedar corta si hablamos de tus besos. Que la lluvia no cala tanto como verte llorar. Que no hay vista en el mundo más bonita que despertar y verte dormida enfrente. Que tú eres camino, destino y las ganas de vivir lo que se ponga por delante. Que no tengo esperanza de volver a verte, pero que no paro de pensar en que ojalá nos crucemos, para que vuelvas a dejar mudo al escritor que siempre tiene palabras sobre ti.

Definitivamente, creo que hoy más de uno se ha enamorado de ti.

Y eso que no les he hablado sobre lo preciosa que eres...


Gente que merece la pena

Qué difícil está encontrar a gente que merezca la pena. De esa que rebosa alegría y que tienen un don para conseguir que los problemas pasen rápido, logrando así que lo malo nos destroce lo mínimo posible. El problema es que escasean. En el trabajo, en la universidad o incluso en el metro; siempre tiene que haber personas con malas caras, con malas formas o que llevan la competitividad hasta un punto enfermizo.

Y yo me pregunto: ¿para qué?

No me creo que sea tan difícil ir por la vida sin envidia, sin interés o sin tratar mal a los demás. Es más, imagino un mundo en el que todos salen por la mañana con una sonrisa puesta y, aunque a lo largo del día a cualquiera le pasase algo que le hiciese perderla, seguro que los demás, al no ir renegados con la vida, de un modo u otro se la devolverían.

El problema es que pasa justo lo contrario. La mayoría de la gente no es feliz y no sale con esa sonrisa de casa. Salen enfadados con la vida y con ganas de pagarlo con alguien. Y encima ese sentimiento es más contagioso que uno positivo. Es como una epidemia. 

Y lo peor de todo es que existen muy pocas personas que sean inmunes.


Verdad verdadera #14

En el amor tendríamos que hacer como en el metro: dejar salir antes de entrar.
No se puede empezar algo nuevo sin olvidar lo anterior.


Siempre habrá una nueva canción que se nos meta en la cabeza, otra serie que nos parezca la mejor de nuestra vida u otra persona que, con poco, no haga sonreír. Siempre.


Mientras tú me perdías, yo me encontraba. Fue entonces cuando me di cuenta que tu perdiste todo y yo no perdí nada...


Tu telaraña

¿Qué hago? Que alguien me diga qué hago, por favor.

Sí, he vuelto a caer en tu puta telaraña. Y sí, yo solito me he tumbado en ella para dejarme atrapar. Me he rendido al placer de verte con ganas de devorarme. A esa mirada que, con indiferencia, me dice que te soy indiferente. Que ya no te ilumino los ojos, que ya no te hago titubear cuando me hablas. Y suena ridículo, pero esta noche me he replanteado mil veces mandarte un WhatsApp; sólo para decirte que te echo de menos.

¿Y para qué? ¿Para qué...?

Yo que sé. Estoy borracho de recuerdos. Estoy admitiendo que, si tú me lo pides, renuncio a mis ideales. Renuncio a todo. ¿Y para qué? Sigo sin saberlo.

Me mata saber que yo para ti soy un recuerdo, mientras que tú para mí eres el recuerdo.

Te juro que hoy me despego de tu telaraña y te olvido. Pero no... ahora no. Dame cinco minutos más en ella. Dame más de tu veneno. 

Dame un 1% de posibilidades de que algo salga bien entre tú y yo.

Que yo pongo el optimismo.

Que yo lucho.

Que yo te quiero...


Ojalá amor suicida

Ver una foto nuestra es como un terremoto.

Primero me sacude aprovechando todo recuerdo querido y doloroso. Empiezo a notar que se me eriza la piel, como cuando entre risas me susurrabas al oído que parase y yo seguía besándote en el cuello, esa parte del cuerpo que consigue que siempre sea un poco más fácil dejarnos llevar.

Después violencia. Rabia. Dolor.

Mi corazón comienza a resquebrajarse poco a poco, como si fuese de cristal. Como si fuese un barco que se está hundiendo y mis sentimientos fuesen sus tripulantes, aplicándose al sálvese quien pueda mientras se pelean por los últimos botes salvavidas.

Vacío. Soledad. Dudas.

¿Estarás tan sola como yo? ¿Pensarás en mí?

Sí. No. Sí. No. Sí. No... Qué más da. Me puedo repetir esto mil veces. Convencerme, tratar de creerme que da igual. Pero no. No me da igual y posiblemente nunca me lo dará.

El lugar donde me besaste por última vez empieza a doler... Tu beso fue como la mordedura de un vampiro: nos conectó para la eternidad. Quiero más de ti. Lo necesito. Quiero volver a sentir eso que tu llamabas amor y yo sentía suicida. Quiero volver a salir contigo de la mano con la promesa de dar la vuelta al mundo, aunque sepa de sobra que mañana me vas a dejar abandonado en la parada que más me duela.

No ha terminado el terremoto y ya no soy ni una sombra de lo que brillé a tu lado.

De repente, la pareja feliz de la foto parece sonreírme. Quizá se ríen de mí, sabiendo que ellos viven en un "eterno juntos" y yo vivo en un "ojalá amor suicida".

Y cuando pasa el terremoto, soy escombro. Soy restos y pedazos de alguien que espera cruzarse con alguien. Unos labios que han olvidado sonreír.

Quizá por eso sangro en letras lo que callo con palabras y grito en papel.

Quizá por eso sigo mirando la foto.


miércoles, 22 de julio de 2020

El regreso

Llega el verano y la vuelta al pueblo, y cómo no... Él. Sí, habitante del pueblo y ni un pelo de tonto. Temporada alta, señores. Amble, cortés y educado caballero que no se acuerda de mí en todo el año y ahora damos a "me gusta" a todo lo que publico o comparto. Maravilloso. En su línea. 

Veo cada día que la gente no cambia. Pero es otra persona que me la pela, hablando claro. Que me saluda, pues que me salude, que me quiere hablar, pues yo depende del día, le puedo escupir en la cara, o sonreír y seguirle la corriente. ¿No queréis que sea amable y social? Pues ahí que voy, ni corta ni perezosa. Sonrisa maravillosa, forzada, obvio, mentir no sé, y que empiece el teatro de verano.

Lo que hay que aguantar, lo que tengo que ver... Me da tanta pereza la gente últimamente, que me voy a ir a vivir al Tíbet, ¡sola! Y no me busquéis que no os querré ni ver a nadie. Pero, ¿por qué hacen eso? Lo de volver, me refiero. ¿Te fuiste? ¡Pues adiós! Que te vaya bien, o no, me da igual. ¡Qué pereza de personajes!

Patri Izquierdo Díaz


De lagunas a mares

Hoy he vuelto a un castillo con el que estuve con alguien hace relativamente poco. 

Voy a cambiar de estrategia en el blog, no habrá nombres ni motes. Quien se dé por aludido, él mismo. O ella. 

A lo que iba. He estado en el Castillo de la Mota, en Medina del Campo, de nuevo. No he sentido ni nostalgia, ni ninguna emoción que hiciera referencia a esta persona. Sino, un sitio más de los muchos que he visitado este año. Por cierto, precioso si os gustan los castillos.

Pero sí he pensado en escribirle. Se me ha pasado por la cabeza, pero me ha durado el pensamiento tanto como un suspiro. Le prometí que haría bomba de humo si alguna vez la cosa se ponía fea. Y cumplí mi palabra. Tampoco he encontrado sentido en preguntárle "cómo está", puesto que no me importa. He repasado su techado de virtudes para agarrarme a una, y decir venga va, que él era muy... Muy, ¿qué? No me sale nada bueno, nada bonito, nada especial. Nada...

Quizás en mi último escrito de él, me sobraron las formas. Pero el contenido lo sigo pensando tal cuál, por ello, no he pedido perdón ni tengo en mente hacerlo nunca, pese a las opiniones externas que cada día me dan un poquito más igual. 

Ni como amigo. Este asalto ha sido fácil. Volver a lugar con el que has estado con alguien y poco más ni acordarte, sería muy falso por mi parte mandarle el mensajito de turno. He decidido hacer lo que siento, obviando, como he dicho las opiniones de los demás. Y lo que siento, es seguir siendo la bomba de humo que me marqué hace unos meses. Ni me acuerdo cuando fue... 

Algunas historias con tantas fechas, y otras... con tanta lagunas que han pasado a ser mares...

Patri Izquierdo Díaz