lunes, 6 de julio de 2020

A una compañera...

Creo que la vida nos permite escribir nuestros propios capítulos, y que nos pone los elementos que han de salir en ellos, con los que tenemos que lidiar, con los que tenemos que convivir, las cartas con las que jugamos cada partida.

Con las personas hace lo mismo, y muchas veces cometemos el error de prejuzgar sin saber, sin entender, sin comprender porqué alguien es así, simplemente nos creamos una idea... Y casi siempre es errónea. También basarnos en opiniones de los demás nos condiciona, nos confunde y hace que perdamos la objetividad y nuestra propia opinión.

Eso me ha pasado con alguna de mis compañeras. Por falta de tiempo, por movernos en diferentes espacios, por haber tenido pocos encuentros en el día a día... Quizás he perdido la oportunidad de conocer a alguien increíble y de una enorme valía. Pero la vida es así, como os comentaba, a veces muy cabrona y otras, que te da la oportunidad de coincidir y conocer a alguien "a la fuerza", porque tienes que trabajar con él o ella, hablar, estar...

No creo en el destino ni en nada de eso, creo en la fortuna y en las casualidades, y por supuesto, en las oportunidades que tú y solo tú, aprovechas o no. Y así se me presentó, en la recta final de esta etapa, alguien con la que hubiera jurado que jamás tendría nada en común y que éramos incompatibles tanto en la manera de trabajar como personalmente. Y no es una crítica, pero creo que ella también tenía una idea muy confundida de mi. Y solo puedo dar gracias ante esta ocasión, esta posible última oportunidad de seguir demostrando quién soy y que la gente me conozca. 

Y a ti, te doy las gracias por estar haciendo mis últimos días increíbles, el tiempo se pasa volando y por la tranquilidad y paz que damos al ambiente. Trabajar con personas que valen tanto, de las que se puede aprender, porque la experiencia es un grado, es un lujo y más para alguien que ama su trabajo por encima de todo y le encanta aprender, porque como hablábamos, cada maestro tiene su librillo, pero el reciclaje, la mente abierta y las diferencias son los ingredientes perfectos para enriquecernos... Y creo que esta idea la podemos trasladar a cualquier ámbito de la vida.

De nuevo gracias, y ojalá hubiéramos tenido más tiempo. Te deseo lo mejor.

Patri Izquierdo Díaz




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