"Respira, vamos siente el dolor, llora, húndete... Pero luego sal a flote, porque nada en esta vida es para siempre y créeme si el amor se fue, el dolor lo hará. Solo respira"
Es una frase que he puesto hoy en mi Instagram (@pid92). Tengo el día tonto, tengo los días tontos desde el viernes. He estado luchando contra gigantes y molinos en los campos de la Mancha. En un pueblo cercano al castillo de La Adrada. la última vez que vi ese castillo alguien me acompañaba con su camisa roja de cuadros. También recuerdo el baño en una charca de agua muy fría, de la que sales roja. Recuerdo muchas cosas y ese es el problema.
La Iglesuela también me ha traído el peor de los recuerdos. Hace justo un año, en julio, durmió en casa por última vez, la madrugada de un sábado. Y el domingo... Ese domingo... Ese fatídico domingo...
El no saber qué será de mi al año que viene, la incertidumbre que he pasado esta semana debido a mis hormonas y al cambio que puede dar mi vida si la cosa no se soluciona, el daño que se puede hacer si terceros se enteran... Y es que jugar con fuego, es peligroso.
Que la aparición del Bollo no fue casual, no da puntada sin hilo. Y decidió hacer un descenso muy cerca de mí justo este fin de semana. Sus mimos, sus caricias, sus palabras o falta de ellas. Mi guardaespaldas en silencio. Lo sabías y no caí. No caí en nada de hace un año cuando apareciste en la puerta lleno de porquería. El dolor y los recuerdos se borran cuando tú estás cerca.
Y si yo estaba buscando alguien que eclipsara todo mi dolor, lo he encontrado. Es más, siempre ha estado a mi lado. Y no hay moteros sobre la tierra que te hagan sombra. Esta vez hablo desde el corazón y la tristeza que ha supuesto este fin de semana para mí. La diferencia es que hace un año cometí el mayor error de mi vida, el más cobarde. Y hoy, miro a mi Bollo, miro a los míos, a los que están y no me dejan abandonar nunca... Y sonrío, porque no puedo ser más afortunada en esta vida, y es que contigo, me ha tocado la lotería.
Si hay que llorar porque se echa de menos, se llora. Porque el baño de recuerdos ha sido muy intenso, pues se llora, se mira de reojo al pasado durante unos segundos y con una sonrisa al presente. El futuro, dios dirá... Y mi presente eres tú. Te quiero como a nadie y no te hablo del amor de las películas o los libros románticos, es que te quiero con cada parte de mi cuerpo. Por primera vez, la razón y el corazón van unidos de la mano. Porque cuando me besas, el mundo es más ligero, porque cuando me abras, el mundo quema menos, porque cuando me miras encuentro el lugar al que pertenezco.
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