miércoles, 15 de julio de 2020

14 de julio de 2020

Ayer fue un día raro... Donde me di cuenta, de nuevo, que no voy a renunciar a lo que soy. Te puedo gustar o no, pero ahora mismo no estoy para pensar en ti. "¿Cómo explicar que te quiero, pero no me gustas?", así lo explicaría Marwan. Hombre, tanto como te quiero, pues no, pero por ahí van los tiros, sí.

Nos empeñamos en que algunas cosas salgan bien, cuadrar con unos ojos azules que te hacen perderte como persona dejando de ser tú, pero como nos gustan, pues ale, a la piscina y sin manguitos.

La cosa es bastante sencilla, si no se cuadra, no se cuadra y punto. Por mucho que lo intentes, es como puzzle, no es nuestro sitio, no es nuestra pieza y no es nuestro rompecabezas. ¡Y no pasa nada! Empieza a pasar cuando erre que erre, pones de tu parte rozando la cabezonería sin razonar. Ahí está el problema... Vuelves a dar de más por alguien que no te gusta, y no te gusta porque la cosa no fluye. Es sencillo. No tenemos que ser afines a todo el mundo. Ni tener estos quebraderos de cabeza, que son justamente los que intento evitar a toda costa y por ello, he decidido estar sola un tiempo... No es obligatorio que las cosas salgan bien, o quedar con alguien porque lo queremos sí o sí. En este momento, toca cuidarme yo. Y no me voy a quedar donde me sienta incómoda o fuera de lugar y perdiéndome en el camino. Ya no. Por eso he decidido pasar... No debo nada a nadie, ni explicaciones, ni opiniones, ni nada... Así que a otra cosa mariposa, a ser feliz. A ser feliz, yo. Y a los demás... Qué les des. Al fin y al cabo, hemos venido solos y nos iremos solos, es la dura realidad... Y por el camino, intentaremos pasarlo lo mejor posible, buscando nuestra propia felicidad y nunca jamás ponerla en juego, por nada, y por supuesto, por nadie.

Patri Izquierdo Díaz 


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