Llega el verano y la vuelta al pueblo, y cómo no... Él. Sí, habitante del pueblo y ni un pelo de tonto. Temporada alta, señores. Amble, cortés y educado caballero que no se acuerda de mí en todo el año y ahora damos a "me gusta" a todo lo que publico o comparto. Maravilloso. En su línea.
Veo cada día que la gente no cambia. Pero es otra persona que me la pela, hablando claro. Que me saluda, pues que me salude, que me quiere hablar, pues yo depende del día, le puedo escupir en la cara, o sonreír y seguirle la corriente. ¿No queréis que sea amable y social? Pues ahí que voy, ni corta ni perezosa. Sonrisa maravillosa, forzada, obvio, mentir no sé, y que empiece el teatro de verano.
Lo que hay que aguantar, lo que tengo que ver... Me da tanta pereza la gente últimamente, que me voy a ir a vivir al Tíbet, ¡sola! Y no me busquéis que no os querré ni ver a nadie. Pero, ¿por qué hacen eso? Lo de volver, me refiero. ¿Te fuiste? ¡Pues adiós! Que te vaya bien, o no, me da igual. ¡Qué pereza de personajes!
Patri Izquierdo Díaz
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