lunes, 7 de septiembre de 2020

¿Y si ganamos?

 - Tú te estás tirando a alguien - me suelta de repente.

- ¿Qué? - levanto mi mirada de los apuntes.

- ¿Dónde has estado toda esta semana? Por las tardes concretamente - me especifíca.

- En casa - respondo sin mirarle.

- Tú no estás en casa nunca. ¿Sabes porque lo sé? Porque si estuvieras con tus amigas subirías fotos. Si estás con un tío, no. 

- ¿Lo dices por ti? Creo que sobra exponer las razones de por qué no subo fotos contigo - le respondo volviendo a mis apuntes.

- No estamos hablando de mí puesto que conmigo no has estado.

- No estoy con nadie... 

- ¿El 112? - me pregunta - ¿El pollito? ¿Dani? ¿Alguno de pof? ¿Con el que quedaste la última vez en Sambil? 

- No - hago una pausa - Con el motero - digo muy seria.

- ¿Qué...? - veo que se empieza a poner blando.

- ¡Qué no! ¿Cómo voy a estar con el motero? - me río esquivando la bola.

- Sé que con Dani y el pollito no, pero el 112...

- Es cierto que me ha escrito - le informo - Y que está muy pesado, y el profesor de Sonia, ¡ni te cuento! Me ha mandado unos audios... Pero no, bollito mío, no hay nadie... Hay... ¡Estudios! Quiero quitarme el grado en este mes.

- Estás muy rara. Antes me lo habrías contado - me recrimina.

- Antes y ahora, si hubiera algo que contar. No eres el único que tiene un harén... - respondo.

- Ya veo - silencio - ¿Miguel? El de ayer.

- Es un amigo de hace diez años, que le he visto tres veces en mi vida. Y de Jerez... Tener a alguien de Fuenlabrada ya me parece una relación a distancia... - digo con pesar. O más bien con pereza.

- Sí, te van más de Zarazaquemada... 

- ¡Al ladito! - me río.

Se dirige a su coche y coge una de sus herramientas. Le miro de reojo.

- Oye - le llamo - ¿Y este interrogatorio? ¿Celos? - le pregunto subiendo una ceja.

- Preocupación. Celos no. Puedes hacer lo que quieras, supongo - me responde.

- Supones bien... Porque el chico del que de verdad estoy interesada, no me corresponde.

- Lo hace - dice escuetamente.

- Pues se nota poco - cierro la conversación y cojo de nuevo mis apuntes.

- Lo siento. Me gustaría saber si empiezas algo con alguien. Me gustaría hacerte feliz yo, pero...

- ¡Para! - no quiero escuchar más - Tengo que estudiar.

- Vale... 

"Sí puedes hacerme feliz, ¡cobarde!, puedes hacerlo, solo tienes que elegir el camino que te hace feliz, romper con lo que tienes y venir a aquí, conmigo. Es muy fácil, Bollito, es muy muy fácil, solo hay que querer y creer. Creer en nosotros y en lo que formamos, pero es más fácil dejarme ir y que otro me haga feliz. Me harán feliz, estoy segura de que alguien se encargará de ello gustosamente, porque el amor es así. Pero, ¿y tú? Serás feliz, pensando en el "¿y si...?" Y si hubieras luchado, y si hubieras ganado... ¿Y si hubiéramos ganado?"

Pero yo, también muy valiente, solo lo pensé... 



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