jueves, 31 de enero de 2019
Me lo has demostrado
Hacía mucho que no era capaz de respirar hondo. Menuda niebla por dentro. Entre miedos y frío. Supiste ser y estar. Aguantar y esperar el momento para convertir todo esto en especial. En planes y momentos. No fuiste una bocanada de aire fresco. Fuiste toda la brisa. Entera. Fuiste de esas manos que se buscan solas. El calor de las noches. El brazo por encima. El respirar fuerte y todo eso. Hubo muchas curvas en tu pasado. Seguramente errores. Solo sé que merece la pena todo por llegar al fondo de tu sonrisa. Esa que brilla como nunca. Con sensación de que nunca lo hizo tanto y de que no quiere dejar de hacerlo. Me da igual lo anterior, me conformo con todo el futuro. No me lo regales, compártemelo. Que quiero acariciarlo. Entre los dos podemos. Una mañana de zumo. Una tarde de Ikea. Una noche de Musical. No voy a soltar. Tus manos son demasiado bonitas para dejarlas caer. He dejado de tener miedo. Tus ojos son de esos que solo cuentan verdades. De esos que lo explican todo cuando se encuentran con los míos. Estarás. Y no es una pregunta esta vez. Me lo has demostrado.
Defreds
Otra forma de decir "Te quiero"
Incluso en esos días en los que llegas cansada, sin ganas de nada, tengo un momento para pensar en ti. Para escribirte un ratito, sin que te lo esperes.
Con los ojos casi cerrados y las fuerzas en nivel uno, sigues estando preciosa.
Esa sonrisa que esbozas con la luz apagada, quiere decir que aun así también te acuerdas de mí. Y que ojalá sea mañana.
Valoras las cosas y suenas siempre a verdad. Las mentiras se las dejas a los mediocres. Vas siempre de cara. Y menuda cara, guapa.
Podría parecerte un texto más de esta mente que nunca descansa, pero simplemente es otra forma de decirte que me encantan todas tus curvas. En especial la de tu boca cuando te ríes.
Otra forma más de decirte «te quiero». Sin decírtelo, solo leyendo.
El «te quiero» se me queda corto cuando te lo digo a ti. Tendremos que buscar otra palabra. Una que parezca poco pero que suene a mucho. O un abrazo que nos deje sin ninguna.
Aunque de momento, si quieres, pronuncia conmigo Ich liebe dich y llámame esta noche cuando llegues a casa.
Defreds
Confiar
Poco a poco lo conseguiste. Vivía en una espiral de miedo y desconfianza por tanto pasado. Me volvía loco por tonterías sin sentido.
Me demostraste que la palabra «confiar» es mucho más que una simple palabra. Es descubrir que, aunque no puedas estar todo el día pendiente, aunque tengas tiempo para respirar, nunca, pero nunca, te olvidas de mí. Y cada noche que sales, disfrutarás, bailarás y nada más llegar, volveré a tu mente. Como toda la noche. En la que no me fui.
Y no sabes la tranquilidad de dormirte pensando que sí, que confías en alguien y que no te va a fallar. Gracias. De corazón.
El lado izquierdo
Me desarmas.
Mejor, no quiero pistolas.
Amarte a quemarropa, sí.
No estás cada momento,
pero sí cada vez que es necesario.
Apareces para sorprender.
Para dejarme sin dudas.
Y sigo sin armas, no las necesito.
Las que tengo salen de dentro.
Del lado izquierdo.
Tienes el récord del mundo,
en minutos,
acordándome de ti.
Defreds
Agujero negro
Cuando todo empezó, yo no sabía que había un agujero negro tan profundo.
Ese que se crea cuando algo se acaba. Da igual el tiempo, importa más la intensidad.
Justo cuando crees que ya nadie te va a volver a querer igual, que el resto del mundo te mira raro.
No te encuentras igual al cerrar los ojos, la comida entra menos, y las ganas andan por ahí desperdigadas.
Un pozo, en forma de agujero irreal, que hace que hasta las cosas que más ilusión te hacían suenen aburridas.
Agujero donde toca volver a empezar, y parece que nadie lanza cuerda.
Defreds
miércoles, 30 de enero de 2019
Nunca te lo han puesto fácil
Nunca te lo han puesto fácil. Más bien al revés. Demasiadas idas y venidas cuando quizá tocaban cosas más divertidas. Madurar a pasos agigantados hizo que hoy seas así. Y el mundo está orgulloso de ti. Es difícil de entender cuando no lo has vivido así, tan de cerca.
Has conseguido ser tú misma intentando comprender las situaciones. Disfrutas cada momento de forma especial. Le das más valor a las cosas conseguidas. Supongo que por eso en ti se puede confiar. Supongo que por eso nunca quieres de mentira. Si lo dices, es porque realmente lo sientes. Lo das absolutamente todo, con toda la ilusión. Y ahí seguirás con tu sonrisa, con tus ganas de hacerlo bien, con tu mezcla de niña y mujer. Creciendo cada día. Luchando por ser alguien todavía mejor. Agarrándote fuerte al dormir, buscando, ahora sí, tranquilidad al cerrar los ojos. Parece poco, pero lo más bonito que te puedo decir es que estoy orgulloso de ti.
Defreds
Bandera blanca
Nunca he escrito sobre ti, porque como dicen todos... Teníamos una relación rara. Sí, en pasado. Las cosas han cambiado de un día para otro, o han ido cambiando y yo no me he enterado.
Recuerdo cuando vi tu nombre en las listas de los nuevos alumnos, venías del colegio donde trabajaba toda mi familia, y lo primero que me dijo mi madre fue... "A ese no te acerques". De eso ya hace mucho... 15 años, exactamente. Éramos unos niños, pero eras un malote, y yo ya apuntaba maneras sobre mis gustos masculinos. Hice caso a mi madre los primeros meses, pero es imposible no hablar contigo porque hablas siempre por los dos, contándome tus batallitas de todos los días. Haces sentir especial a todo el que está a tu lado, y a esa magia me enganché.
Con los años, volvimos a coincidir en clase, nos llegamos a contar todo. Yo te miraba como si fueras algo así como un dios... Pero lo guardé mucho tiempo en silencio. Éramos amigos, ¿no? En una amistad no entran ciertos sentimientos, así pasó el tiempo... Tú tuviste mil y una chica, cada día salía un nombre nuevo, y yo en silencio, me reía. Yo aún no sabía lo que era estar con nadie, así que no podía dar mi opinión, pero te escuchaba, sin que tú supieras lo que yo sentía. Cuando salimos del colegio, podríamos decir que nos perdimos, pero no. Yo conocí a alguien, pero tú eras tú. Es cierto que pasaste a la lista de amigos, de mis mejores amigos. Eres mi guía, mi llamada de todos los días, mi mensaje de por las mañanas, tardes y noches. ¡Qué relación más rara! ¿Y qué? Nosotros éramos felices así, ¿o no?
Tienes una mala costumbre, que cuando elijes de verdad a una chica desapareces, y ya nada sé de ti, aunque sabes perfectamente que aquí me tienes... siempre, para siempre, siendo tu paracaídas cuando lo necesites. Siendo la eterna amiga y... en eso te has convertido. Quince años se dice pronto. Eres al chico que más quiero en este mundo, sé que si te lo pido, incluso cuando desapareces, te vendrías al fin del mundo conmigo y sin preguntar, porque tenemos algo especial que no se borra ni con la distancia ni con los años. Estamos. Juntos. Siempre. Y con saberlo, no es suficiente. Es una amistad de verdad.
Hasta aquí es perfecto e envidiable seguramente para el que lo lea. Hay muy pocas relaciones como la nuestra. Pero te has encargado de romperla, de ser como Atila (búscalo en Google), arrasando todo a tu paso. No estás enamorado de mi. Eso lo sabemos, lo sabes, lo sé. No lo estás. Pero siempre has defendido tu puesto en mi vida. Pero debes recordar cual es tu puesto y no confundirte nunca. No creo en el amor, quizás los domingos mientras veo pelis de Marvel sola, quizás a veces cuando veo historias tan bonitas en mis compañeras por ejemplo, pero por regla general no... No tengo suerte, ¡qué te voy a contar! Sé que contigo sería fácil y bonito, porque nadie me quiere más que tú. Como yo a ti, pero no es el amor de las películas, no es el amor de querernos hasta el fin de nuestros días... Y lo sabes. No vamos a conformarnos con lo que hay. Yo no quiero eso. Nunca podría salir bien.
Necesitamos un tiempo. Tú de arreglar lo tuyo y yo de volver a mi vida, a mi caos. Ahora mismo no podemos juntar dos caos tan enormes, saldríamos heridos. El amor no lo puede todo, siempre te lo digo, lo sé por experiencia, y esta es otra más. Tu amor por mí en cierto momento no pudo... Ni el mío, al principio de todo, tampoco.
Me has dado donde más me duele, me has machacado con una sinceridad aplastante, cuando me estaba levantando. Y se supone que eres mi amigo, pero haces lo de siempre, no te paras a pensar en nada, lo sueltas. Porque necesitas explotar para soltar las cosas. Y así acabamos todos mal, como en una guerra. Saldremos de esta. Siempre lo hacemos, pero esta vez por separado. Esta vez, no habrá carrera de coches como reconciliación, no habrá helados, ni hamburguesas a las 3 de la mañana, tampoco habrá llamadas, ni mensajes, ni baja un momento que te enseño mi moto... Esta vez, tenemos que arreglarnos por separado, para poder estar bien juntos.
Nos vemos todos los días, eso juega en nuestra contra. Y el cariño que te tengo es inmenso. Contigo no tengo que ser la diva, solo ser yo. Porque ves mi cara y sabes lo que necesito en el momento, y lo mejor de todo, me lo das. Te voy a echar de menos como a nadie. Porque eres parte de mi día a día, porque eres un plasta, que haces de amigo, padre, madre, hermano mayor... Pero jo, has atacado donde más duele por celos absurdos, porque jamás nadie te va a quitar tu sitio en mi vida, porque quien venga, sabrá de ti. Sabrá que eres la mejor persona que he conocido nunca, y a pesar de todo, estoy orgullosa de que aparecieras en mi vida, de iluminarme con ese encanto que sólo tienes tú y de cuidarme siempre.
Después de hablar contigo, quiero decirte que jamás te compares con nadie, porque no tienes comparación. Tú eres tú, y siempre lo serás, te lo repetiré las veces que haga falta, pero nuestros caminos no están destinados a enredarse. Tú tienes tu vida, y yo tengo la mía, te quiero a mi lado, en la misma dirección, en paralelo, pero no mezclados. Si tengo que elegir, quiero tu amistad, no quiero cambiarte por nada más, no quiero cambiarnos. Ojalá no hubieras explotado de la forma que lo hiciste, ojalá no me hubieras echado en cara todo lo que has hecho por mí, porque eso sale... y se llama amistad. Ojalá nada de esto hubiera ocurrido. Y no necesito tu perdón. No tengo nada que perdonarte, porque eso también es amistad. Aceptar los errores y superarlos, aunque sea por separado.
Te seguiré viendo. No nos queda otra. Me seguirás teniendo porque te quiero. Porque movería una ciudad entera si me lo pides. Pero hasta que no solucionemos nuestros mundos... No podemos acercarnos, sino explotaremos. Daremos gracias que la explosión solo fue de un 50% de nosotros. Pero, ¿te imaginas de los dos? No sobreviviríamos para contarlo y no quiero perderte.
Nos volveremos a encontrar, de eso estoy segura, siempre hemos sabido volver a nosotros, no es la primera vez, hay algo que nos unió en el cole, y a lo que aún estamos atados. Solucionemos nuestras batallas, nos vemos al final de la guerra. Yo soy la de la bandera blanca. Por cierto, no me cansaré de decírtelo nunca... Te quiero.
Patricia Izquierdo Díaz
Para saber de mí hago noche en la casa de un amigo
No quiero molestar. Los dueños de la casa
duermen y no son horas
de despertar a nadie.
Hay que tener cuidado al encender la luz,
bajar al baño, recibir llamadas en el móvil
o buscar agua fría en la nevera.
Está la noche calma,
el silencio vigila los pasillos
y los reflejos sufren en el calor de julio.
Tardamos en dormir,
se hizo larga la cena porque había
historias que contar,
demasiado equipaje
de los últimos años.
Las viejas amistades están certificadas,
deshacen los kilómetros y el tiempo
para que todo ocurra como si fuese ayer.
Me han visto igual que siempre,
han opinado con razones mías,
más veloces que yo. Sólo recuerdan
lo mejor que hay en mí.
Y ahora, desvelado,
no quisiera hacer ruido. Sin encender la luz
piso las escaleras con los pies de una sombra,
le explico a la quietud de la cocina
la diferencia horaria de mi sed,
llamo a Madrid, ruego que me perdonen
porque nunca he sabido despedirme,
en voz baja comento los detalles del viaje
y me encierro en el baño
donde soy cuidadoso como un gato intranquilo
para no dejar huellas.
Nadie se ha despertado,
pero todos mis ruidos están en el espejo.
Allí veo correr el agua sucia
de un hombre silencioso. No conviene
despreciar esta rara lección de intimidad.
Para saber de mí
hago noche en la casa de un amigo.
Luis García Montero
Más de 80 días
Ella, de piel morena y sonrisa picara. Si la miras de lejos, parece de otro país. Sangre del sur. Nunca se lo han puesto fácil, pronto la arrancaron de su ciudad para llevarla a otra menos bonita. Casi entre engaños. Es fácil engañar a una niña pequeña, eso pensaban. Su mente va muchos años por delante, desde hace demasiados. Quizá por eso algunas veces necesita aire. Por eso echaba tanto de menos una caricia de las de verdad. De las que hacen temblar delante de una ventana.
Si algo tiene especial es que, cuando quiere, quiere de verdad. No pone excusas. Lo hace todo porque quiere. Sin límites. No va a dejar escapar lo que le importa. Y si tiene que hacer esfuerzos, hará 27.000.
Cuando algo la emociona, lo lleva todo el día en la mente y en la boca. El mundo la nota feliz. Tan feliz que nadie de sus amigos quiere que cambie esa sonrisa. Ya hubo demasiados días tristes.
Hay tantos países a los que le gustaría ir con él, agarrada de la mano, que le cuesta decidir cuál es el primero. Vivir encerrados en una canción de Vanesa Martín, donde solo estéis los dos.
Al fin y al cabo, estar contenta era lo que quería. Y querer de verdad tiene todo lo necesario. Es preciosa por dentro y por fuera. Y una maravilla cuando se corre. Le tiemblan las piernas.
Ella es mi chica. Ella tiene todo lo que cualquiera querría. El mundo ya me lo puso al revés. Ahora nos falta darle juntos una vuelta. En mucho más que ochenta días.
Defreds
Así
Así, siempre en círculos, dando vueltas en mi vida, como esas veces en que llegas al ascensor y estás meándote y solo puedes girar antes de que se abra la puerta. Y sales corriendo.
Así, como en esas películas que te encantan, pero que no entiendes demasiado bien. En las que el nudo y el desenlace no están muy claros. De esas que, cuando se acaban, sigues dándole vueltas.
Así, como esas canciones que tienes casi olvidadas en la mente, pero que cuando suenan inesperadamente no puedes evitar bailar y sonreír. Y su letra nos sigue recordando.
Así como perder el autobús, por solo un minuto, que tú te montes en el siguiente y me veas sentado al final, y te acerques para hablar un rato mientras el conductor se salta paradas.
Así, como dos que están, que se desean pero que no hablan. Pero que nunca se olvidan. Nunca.
Así como quererte, aunque ya no pueda ser.
Defreds
A mucha altura
Yo creía que era imposible volver a emocionarme de verdad. Creía imposible que mi mente se levantara sonriente por las mañanas sabiendo que un día más tendría ganas de saber de alguien con todas mis fuerzas. Me demostraste que si se quiere, si se piensa en alguien, nada es imposible. Siempre me dices que algo te decía que tenía que ser así. Que era yo. Que merecía la pena todo. Y no te rendiste.
Y ahora empiezas a darte cuenta de que te lo voy a devolver con creces, multiplicado por muchos besos. Por muchas noches. Por muchas sonrisas, por muchos orgasmos, por muchas ciudades. Y cuando me miras a los ojos, lo sabes. Como tú dices, no hace falta ni que te lo diga. Ya lo sabes.
Y te gusta saberlo. Sonríes cuando hablas de mí.
Crees en mí. Creo en ti. Por eso sé que no se romperá. Por eso sé que estaré los días que no puedas más e intentaré comprender las noches en que te salga tu vena cabezota.
Vamos a volar. Yo comprendo que querernos es la mejor manera de hacerlo. Nos deseo un buen vuelo. Será a mucha altura, pero no necesitaremos salidas de emergencia.
Defreds
Nada de metro
Siempre me gusta llegar a los sitios un poquito antes. Prefiero esperar que llegar tarde.
Esta vez hay mucha gente alrededor mientras subo nervioso el volumen del iPod. Suena Horóscopo. Yo creo más en ti que en los signos del zodiaco. Llevo siempre pitillos en las piernas. Ironía, que no fumo.
Un niño de unos tres años le dice a su madre que no quiere más merienda. Bebe zumo y se le cae un poco por encima. Alguien casi me da con su maleta. Parece que lleva prisa. Hay un vuelo a Londres que sale con retraso. Pasa una chica con una camiseta que pone «4 8 15 16 23 42».
Levanto la vista y ahí sales. Pelo recogido. Preciosa. Ya casi siento el abrazo.
Levantas la mirada. Me ves, te veo. Quedan unos metros para tocarnos. Veintisiete segundos hasta que eso sucede. Veintisiete segundos en los que no había nadie más. Solo ganas.
Será bonita la noche. La luna ya nos lo estaba avisando. Tus ojos estrellas. Tu boca deseo. Mejor un taxi, nada de metro.
Defreds
Gracias por enseñarme el camino
Todos en algún momento nos sentimos solos y tristes, en una palabra feos.
Después de darle muchas vueltas, he llegado a la conclusión de que ser feo, consiste en no quererse uno mismo, en no desarrollar al máximo el propio potencial, en que los demás te pongan límites y te corten las alas. Tenemos que tomar las riendas de nuestra propia vida, tenemos que convertirnos en los protagonistas de nuestra propia historia.
Todos tenemos el derecho y el deber de creer en nosotros mismos. Gracias a muchos por enseñarme el camino...
lunes, 28 de enero de 2019
A mejor
Aunque tú digas que no, eres coqueta. «Una pequeña diva», te digo entre risas. Igual tiene que ver esa pequeña inseguridad que escondes al lado de la timidez.
Observas, miras, piensas...
Quizá por eso muchas veces terminas sin decir nada. Aunque en tus ojos yo lo encuentro todo. Pero no te lo digo. Tú sonríes en esa boca tan bonita y el resto deja de importar durante un rato.
Sin darte cuenta, te metiste en el mismo bucle que un día te prometiste que sería justo en el que tú nunca caerías. Dejaste de controlar la situación tanto como te la controlaban a ti. Esa sensación de agobio en la garganta que ya no aporta nada.
Pero fuiste valiente cuando parecía que no había escapatoria. Aunque ahora seas un poco dispersa. Mira qué bonita se pone tu sonrisa últimamente. Qué afortunado el que consiga besarla. Mira cómo huele a tranquilidad en la ciudad. Mírate, cómo has cambiado a mejor.
Defreds
Hasta que no queden luces
Me encantan las cazadoras vaqueras del Pull&Bear. Bueno, en realidad, el Pull entero. Muchas veces me pillo tarareando canciones de Pereza que hace mil años que no escucho. No me pierdo nunca los partidos de mi equipo. Escribo mucho, y escucho todavía más música. Me pasaría horas buceando en YouTube buscando grupos nuevos. De letras sencillas pero pegadizas. Hacer que te corras a la vez. Si me dices en tu portal que suba, sé que realmente seré yo quien te suba al cielo. Hacer sorpresas inesperadas. Cocinar tranquilo platos sencillos. Queso. Queso. Y, ah, queso. No me acuesto nunca antes de las tres. Vivo con ese miedo de perder lo que me encanta. No me olvido de los dos goles de lago al Alavés. De esa boca que no paraba de morder. Soy alguien sencillo, con ganas de no parar nunca. Con ganas de besar hasta que no queden luces.
Defreds
domingo, 27 de enero de 2019
«Un tiempo»
«Un tiempo». Eso me dijiste. Eso resuena en mi cabeza. Eso quieres y eso salió de tu boca. Quieres un puto tiempo.
¿Sabes? No creo en eso. Yo no necesito ninguno para saber si te quiero. Ni para saber que quiero estar contigo. Pueden existir dificultades o problemas, pero la palabra «rendirme» no entra en mi diccionario.
Supongo que es una de esas excusas que se ponen para evitar hacer daño. Pero hace el doble. Y aunque tener que olvidar es complicado, nada duele más que la incertidumbre.
Simplemente números
Cuando realmente amas a alguien, la edad, el peso, la distancia y la altura, son simplemente números.
Dos enemigos
El amor tiene dos enemigos principales: la indiferencia que lo mata lentamente, y la desilusión que lo elimina de una vez.
Arte
"Ella tenía razón. Nunca se veía bonita. Se veía como si fuera arte, y el arte no tiene que verse bonito; tiene que hacerte sentir"
Tu ego
No la amabas,
solamente no querías estar solo.
O, simplemente, era buena
para tu ego.
O te hacía sentir mejor
con respecto a tu lamentable vida.
Pero no la amabas,
porque uno no destruye a la persona
que ama.
Grey´s Anatomy
Nunca existió
Entonces lo miré fijamente, con los ojos llenos de lágrimas y le pregunté:
- ¿Esto ya terminó?
Y él sin corazón, sin mostrar culpa alguna, me susurró al oído diciéndome:
- Esto nunca existió...
Tengo miedo
Tengo miedo. Pero no un miedo que tú me provoques. Miedo de ese que hace mucho que no tengo. De darme cuenta de que me importas. Y hacía mucho que nadie me importaba. Pero quiero, joder.
Miedo, pero no miedo de ese de que no me fíe de ti. Si ya sabes que hablo contigo dos palabras y lo entiendo todo. Y lo sabes. Miedo de quedarme sin esos silencios que me dicen que me quieres. No quiero cagarla. Por eso tengo miedo.
Pero todavía confío en que todo salga bien, que te des cuenta de que tú puedes hacer que nunca más lo tenga. Me prometí que daría todo por ti. Y eso intento. No abandones. No te vayas, que te voy a querer como no han querido.
Defreds
Bajando de la ventana
A veces no hay que estar detrás de una ventana, a veces hay que bajar y salir. Salir al mundo y probar, cometer errores, empezar a vivir sin condenarnos por ellos. Sin culparnos, sin hacer de nuestras heridas nuestra mejor armadura, hay a veces que solo hay que lanzarse y empezar de cero.
Viviendo y exprimiendo cada segundo del momento, de ese sol de invierno que sienta tan bien, de ese paraíso que te regalas cuando sales de casa, cuando bajas de esa ventana.
Porque al final, esa ventana de Gran Vía era mi torreón. Una vida que jamás quise, y que llegué a aceptar por un hombre al que quise más que a mí. Ese fue mi error. Que le quise más que a mí... Dónde estaba segura, donde todo era fácil, donde mi futuro estaba planeado y mi presente era un hecho.
Lo fácil no nos gusta, cuando encuentras ese área de confort nos limita y nos condena a seguir en un pasado absurdo, a esperar a que esa persona que un día se fue sin mirar atrás, vuelva, y la vida es eso que desprecias mientras esperas.
Daos tanto tiempo al tiempo que la vida se pierde, una vida que es corta y que ella sí que no regresa, se va y no vuelve jamás.
Patricia Izquierdo Díaz
sábado, 26 de enero de 2019
¡Existe!
Me voy a hacer contadora de historias. ¿Ese trabajo existe? Pero os lo voy a contar así por encima porque no tengo autorización de los protagonistas de desvelar todo. Pero quiero que leáis cada una de mis palabras e imaginéis cualquier historia... Todas son válidas.
Tengo una compañera de trabajo, casada con un policía. Ellos son totalmente opuestos en todo. En serio, en todo. Los ves y dices, ¿cómo llevarán tantos años juntos? Ahora mismo están pasando por uno de sus peores momentos, no pueden alcanzar una meta, un sueño, que por cierto, es mi sueño también. Por eso, me ha tocado tan de cerca esta historia.
Tendríais que ver cómo luchan juntos, cada uno a su manera, como se aman, como están ahí, siendo ante todo amigos, dándolo todo. El jueves ocurrió algo maravilloso. Él la sorprendió. Junto con sus compañeros (que todo hay que decirlo, a cuál más guapo. Al lío, que nos vamos). El hecho se quedará en la historia, pero como os he comentado antes, no quiero dar detalles del momento, pues no estoy autorizada.
Sí, esta semana estoy de lágrima fácil. Vi más amor que en toda mi vida. Vi aquello con lo que sueño y no soy nada romántica. Las flores me dan alergia. Pero... No podía haber más amor en aquel acto. Es ahora mismo, describiendo el momento y se me ponen los pelos de punta. Esas miradas que lo dicen absolutamente todo, esas ganas de luchar, de estar ahí, de que nada podrá destruir eso que tienen.... que no tiene nombre, que es algo que solo ellos sienten y que nos transmiten a todos. Es tan maravilloso. Es mi sueño, uno de ellos.
La realidad supera a la ficción, siempre, eso está claro. Cualquier película romántica no alcanzará ese momento que vivimos, ellos y los que estábamos allí. Fue el momento más bonito de mi vida. Y no iba conmigo. Gracias a ellos, a veces pienso que cerrar tantas puertas no es bueno, que me merezco una oportunidad, una historia así... una historia que a mí no me llega. Pero que veo que por lo menos existen.
Patricia Izquierdo Díaz
Idiota
Muy idiota tienes que ser,
como para no valorar el lado cursi que una persona sólo te da a ti,
sabiendo que es más fría que el hielo.
25
Instrucciones para no echarte de menos:
Pienso en lo más bonito que me dijiste.
Y en que era mentira.
Juntos
Hemos encontrado algo que nos importa mucho y por lo tanto vamos a seguir juntos, con todos los problemas y desajustes que ello va a implicar.
Los capítulos próximos serán duros, pero vamos a seguir juntos. Tú lo sabes y yo lo sé.
Mario Benedetti
Carpe Diem
Aunque no seas mi tren, ni mi estación, me voy a subir y a bajar donde tú quieras llegar.
Amor a la antigua
Soy una mala versión
del amor actual,
así que prefiero quedarme
con mi versión a la antigua;
no es la más valorada,
pero sí la más sincera.
Serios problemas
De repente,
empecé a sentir la necesidad
por saber en dónde vivías,
cómo te llamabas,
cuál era tu historia.
Entonces,
fue cuando comprendí
que ya estaba metido
en serios problemas.
Me había enamorado de ti.
Kelvin Clarus
Me levantaré
"Estoy un poco lastimado, pero no estoy muerto.
Me recostaré para sangrar un rato.
Luego me levantaré a pelear de nuevo"
John Dryden
Vacío
Quinientas noches, dicen. Bah.
Pues sí, demasiado insuficientes quinientas
para olvidar ese brillo en la mirada.
Siempre me gustó pasear por el filo de tu boca.
Aun sabiendo que algún día me tocaría
caer por asomarme demasiado.
Y ahora me noto caer al vacío. Y ya no hay paracaídas.
O me rompiste antes de dejarme caer.
Defreds
Maldito cobarde
Ojalá vinieras
enfadada,
harta de esperarme,
y una vez aquí,
golpearas la puerta
a patadas
mientras gritas:
Cobarde, sal ahora mismo
y enfréntate
al amor de tu vida.
Opuestos
Tú y yo éramos tan opuestos,
que hasta cuando huíamos
el uno del otro,
terminábamos encontrándonos
en un mismo punto.
Anda suelta
En uno de sus intentos
por ser feliz,
ella lo perdió todo.
Sí,
la dignidad también.
Ahora es inmune.
Y señores,
no es por alarmar,
pero anda suelta.
Roy Herbach
Sola
Tengo tanto que escribir y no me salen las palabras. Tengo que acudir a mis chicas para tener charlas, organizar las ideas y después plasmarlas en el blog.
Hay semanas donde tu cabeza se va de vacaciones y no sabe que hay que volver, que tenemos que estudiar, que tenemos un montón de problemas que solucionar, sola. Como siempre. Lo puedes contar mil veces, pero aún así, estás sola, solucionando los problemas de todo el mundo, estando ahí para todos. Pero para ti, estás sola. Porque puedes con todo, porque no sabes aceptar ayuda, porque podrían pensar que eres menos fuerte, menos valiente, menos... Y yo no soy menos, soy más.
Mi forma de enfrentarme a los miedos, no es agachando la cabeza, es enfrentándome a ellos. De manera extrema, sacando de mí hasta la última fuerza que tengo, y es que ya no me queda nada dentro. Esta semana estoy cansada, psicológicamente, no hay tiempo para nadie más que para mi familia, otra vez... Y sola. Yo puedo con todo, pero arraso por donde paso, echo a la gente de mi vida sin querer, porque yo puedo, porque soy invencible, una especia de super héroe, un Hulk. Pero Hulk también vuelve a su estado normal devastado, sin energías... Esa masa verde le devora cada vez que sale. Me siento un poco así.
Siento echar a la gente de mi lado, siento no aceptar la ayuda que se me ofrece, siento fallar a la gente en el momento que más lo necesito. Todo el que me conoce sabe que la forma de estar a mi lado cuando todo se vuelve negro, es estando, sin hablar, sin más... Estar. Ojalá supiera comunicarme más, ojalá supiera decir las cosas de otra manera, ojalá fuera la niña educada que siempre ha querido mi madre... Pero no soy así, la vida me hizo luchar desde pequeña por todo lo que he querido, nadie me ha dado nada, nadie apostaba por mí así que no he tenido el apoyo de nadie... Pero aquí estoy, sola me he sacado adelante. Y no sé contar con nadie.
Supongo que esto me traerá problemas. Me quedaré sola. Nadie aguanta a un Hulk a su lado, sabiendo que en cualquier momento se llevará un derechazo. Pero esta soy yo... Levantando el mundo con dos manos y mucho esfuerzo, con miles de cosas en la cabeza, con muchas preocupaciones, y sobre todo estando ahí para los demás. En días así, en los que me propongo estudiar... Sé que no lo voy a hacer, seguiré pensando en cómo solucionar cada uno de mis problemas. Y por supuesto no quiero más. ¿Qué significa eso? Huir del resto. Coger el camino fácil y desaparecer. Es lo mejor. Volveré a renunciar a mí, a lo que podría haber sido mi único escape de mi realidad, pero huyo...
¿Veis? No todo es lo que parece... A veces, también huyo.
Patricia Izquierdo Díaz
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