Yo creía que era imposible volver a emocionarme de verdad. Creía imposible que mi mente se levantara sonriente por las mañanas sabiendo que un día más tendría ganas de saber de alguien con todas mis fuerzas. Me demostraste que si se quiere, si se piensa en alguien, nada es imposible. Siempre me dices que algo te decía que tenía que ser así. Que era yo. Que merecía la pena todo. Y no te rendiste.
Y ahora empiezas a darte cuenta de que te lo voy a devolver con creces, multiplicado por muchos besos. Por muchas noches. Por muchas sonrisas, por muchos orgasmos, por muchas ciudades. Y cuando me miras a los ojos, lo sabes. Como tú dices, no hace falta ni que te lo diga. Ya lo sabes.
Y te gusta saberlo. Sonríes cuando hablas de mí.
Crees en mí. Creo en ti. Por eso sé que no se romperá. Por eso sé que estaré los días que no puedas más e intentaré comprender las noches en que te salga tu vena cabezota.
Vamos a volar. Yo comprendo que querernos es la mejor manera de hacerlo. Nos deseo un buen vuelo. Será a mucha altura, pero no necesitaremos salidas de emergencia.
Defreds
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