No ha podido ser antes. Por unas cosas y otras, han pasado semanas. Y nos morimos de ganas de vernos. Tenemos un calendario mental que resta los días con cada llamada nocturna. Pero qué lentos pasan cuando tienes verdaderas ganas de ver a alguien.
Esta vez vienes tú. Te veo desde fuera. Recogiendo la maleta en la cinta. Como siempre, vestida de altos vuelos. Con una sonrisa en la boca, la cazadora en el hombro y Mi chica revolucionaria en la mano.
Me ves, sales deprisa. Me abrazas fuerte, me besas despacio. Aquí comienza nuestro fin de semana, donde seremos felices, compartiremos todo y nos haremos el amor todavía más. Deseando que ahora sí que pase el tiempo. Me dices que has engordado un poco, pero yo te veo preciosa y te muerdo la boca.
Ya es domingo, el aeropuerto lleno y yo lo veo supertriste. Prefiero la despedida rápida para no pasarlo peor mientras te veo embarcar colocándote el pañuelo.
«Hasta pronto».
Ojalá algún día no tengamos barreras.
«Al llegar te llamo. Te quiero».
Defreds
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