lunes, 21 de enero de 2019

Mi deseo

Me encantan esos días en los que no te espero, pero en el fondo tengo la tonta idea de encontrarte. Me saben a gloria cinco minutos contigo. Incluso dos. Con tu mirada de «no sabía que dolería tanto la vida». Tus sueños van cambiando, quizá adaptándote a lo que va pasando. Aunque algunas noches todo eso pese demasiado. A la hora de querer, simplemente das todo lo que esté en tus manos (y piernas).

Se nota a leguas que te gusta ser importante para quien te importa, pero respetando siempre el aire. Necesitas mucho respirar, estar a tu bola, alguien que entienda que contigo sí, pero sin colapsos. Sin atascos de la M-40 en el corazón.

Y pese a todo, oye, tú tan guapa. Sonríes mucho por las noches, no tienes una pizca de colorete de más. Ya ves tú qué problema tienes en mandar a la mierda a los cuatro pesados de turno para seguir bailando.

Mañana será otro día de relax, de esos que tanto necesitas, para no mandar todo a la mierda, y dejar de tragar. Aun así, en tu sonrisa, nadie en su sano juicio no querría quedarse a vivir. Aunque no tuvieras piscina.

Llamando al timbre. Paso de estrellas fugaces, pero ojalá se cumpla mi deseo y abras.

Defreds


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