Ayer fue un día duro. Recibimos una de las peores noticias. Recibimos. Porque lo que te pase a ti, peque, me pasa a mí. Porque así ha sido toda la vida. Una noticia que llevaremos juntos. Porque las cargas van a medias, y eso que no hemos firmado ningún contrato. Pero ahora me toca a mí devolverte todo lo que has hecho por mí.
Ahora entiendo cuando te duelen a ti más las cosas que me pasan a mí. Ahora me encuentro en tu posición, y me encantaría chascar los dedos y hacer que esto se borrara de tu vida. Ver a mi chico grande, porque es muy grande, entrar en mi pequeño abrazo, es muy duro. Acariciarte, besarte la frente y prometerte que todo saldrá bien, que la ciencia avanza a zancadas y que aún es muy pronto para saber nada. Tendrás mis brazos siempre que quieras desaparecer de la realidad que te está tocando vivir, como yo tengo los tuyos, mis besos para secarte las lágrimas de hombre diez, mis manos para luchar frente a todo lo que nos toque batallar.
Esto solo ha empezado. Y me quedo a tu lado, aunque no nos entiendan. Me da igual. Aunque te enfades conmigo, porque... y ahora lo entiendo, mis problemas son lo tuyos. Voy a estar contigo toda una vida, porque solo vivimos una, pero ten por seguro, que si viviéramos una eternidad... Me quedaría a tu lado. Mi amigo del alma. Mi vida, mi todo. Esta vez soy yo quien te levantará, estará contigo y hará todo lo que esté en mi mano para sacarte una sonrisa, esa sonrisa que ilumina mis días más grises.
Eres fuerte. No hace falta que te lo diga (aunque no puedes conmigo, siempre te gano). No hace falta que te diga que eres la mejor persona que conozco, y que has conquistado últimamente a todas mis amigas, a pesar de que muchas no te conocen en persona. Eres increíble. Eres un infinito de sorpresas. Eres lo mejor que me regaló el cole, y que llevo con orgullo cada vez que vienes a mi lado. Esto, y todo, lo superamos. Estamos hecho de una materia que los demás no entienden. Que no somos dos, que vamos en un pack. Y donde estés tú, estoy yo. Y donde estoy yo, estás tú.
Sabemos que para nuestras parejas es complicado entenderlo, para algunos amigos también, pero es que a mi me da igual. Las parejas a veces se van, y nosotros nos quedamos. Siempre nos quedamos, y ese es mi mayor regalo año tras año.
Patricia Izquierdo Díaz
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