miércoles, 26 de junio de 2019

Ya no queda nada de ti

Has desaparecido. Bueno, realmente no. Sigues ahí, pero ya no eres la misma persona,
Te veo por cualquier calle del centro y no te reconozco. Tanto tiempo de amistad, de compartir fiestas y momentos y ahora ya no hay nada. Caminas como por dentro de una nube. Nada te impacta. Ya nada te emociona.
Seguiste ese camino de malas compañías del que yo intenté alejarme. Quise que vinieras conmigo y te negaste. No pude hacer mucho más por intentar evitar que cayeras en ese pozo negro. Una cloaca de la nada. Probaste mucho más de lo que deberías. Decidiste no hacer caso a nadie. Pasaste de la familia. 
Tus padres ya no saben qué hacer contigo, nunca pudieron controlar tus malos vicios, y ahora mucho
menos.
Algunas veces me encuentro con tu madre por el barrio y me dice entre lágrimas que si sé algo de ti, ya que antes hacíamos tan buenas migas. Le digo que creo que estás bien, aunque me lo invento para que sufra un poco menos.
Y te juro que me rompe por dentro. Cómo puedes hacerle esto.
No sabes lo que te echa de menos tu hermano pequeño.

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