miércoles, 7 de noviembre de 2018

Como siempre, tarde

Salgo de colegio, en la primeras salida de la rotonda pone Fuenlabrada. 

Me está intentando decir algo. Algo en lo que llevo mucho tiempo pensando. Pensar... ese es el problema muchas veces, demasiada. ¡Pues esta vez no! No voy a pensar. Me voy a Fuenlabrada, ¿a qué? ¿A esperar qué? ¿Estás segura? ¡Pues claro que no! No estoy segura de nada, como siempre. Las inseguridades me matan, son mi lastre.

Venga, lo necesitamos, los dos lo necesitamos. La última vez que nos vimos fue en Fuenlabrada, donde me dejaste, ¿te acuerdas? Claro que te acuerdas. Me pediste una vez que te demostrara lo que sentía. Lo intenté, con todas mis fuerzas. Quizás no sé decir las cosas o demostrarlas, o no lo sé. Pero te he querido como a nadie en esta vida.

Te iba a sorprender esta tarde, sin saber muy bien que decirte, pero me has sorprendido tú tocando la ventanilla de mi coche. Tus gritos, tus verdades, tus quejas, todo lo que me has dicho es verdad. No he sabido valorar nada de lo que he tenido, y sin embargo, te echo de menos cada día. Acepto que prefieras a una persona que te da más de lo que tú das, y que para ti eso es nuevo. Yo no lo supe hacer. Acepto que quieras ser feliz con otra chica, y te lo mereces. Pero te quiero, y no sé cómo quitarte de mi cabeza. No es mi intención declararme. Mi intención es arreglar esta situación que no me deja avanzar.

Hacía mucho que no me besaban así. Con enfado, necesidad, exigencia, toda una provocación, sí señor. Pero es que ese beso ha viajado por todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo. Y luchar contra ello, es una batalla perdida. Tengo necesidad de ti. 

Hemos cambiado, ya no somos Peter Pan y Campanilla. Nos hemos hecho mayores. Tú hace tiempo no hubieras discutido conmigo como lo has hecho hoy, ni me hubieras dicho todo lo que has soltado por esa preciosa boca que no dejaría de besar ni en mil años. Hace tiempo yo tampoco me hubiera declarado como lo he hecho hoy, no te hubiera dicho que a día de hoy eres el hombre de mi vida. Hemos crecido. Y cada día estás más guapo.

Lo he intentado, tarde, muy tarde, pero lo he intentado.

Siempre tuya,
Campanilla.

Patricia Izquierdo Díaz


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