Supe que tenía que aprender
a ser yo, ese yo sin ti
del que ya nada recuerdo.
Empecé a vivir con una desconocida
que gritaba tu nombre por las noches,
y que calmaba con versos sordos
a la llegada del invierno.
Le arranqué tu olor a mi almohada,
castigué a mi espalda sin una caricia más.
Escribí un best seller con mi nombre,
y llené de flores una guerra sin mayor victoria
que reconocerme en un espejo
sin tenerte detrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.