He intentado avanzar sin apartar antes las cosas que lo
impedían, agarrada al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin
parar de recordar. Qué locura, ¿no? empeñada en quedarme ahí, a un lado y al
otro. Sin perdonar. Sin perdonarme… y sobre todo, sin avanzar. Siempre pensé
que había cosas que no puedes cambiar pero son las que terminan por cambiarte
luego. Siempre pensé que hay personas que no se apartan de tu camino porque
viven en él. Pero no necesariamente te hacen bien… Supongo que por eso hay veces
que hay que decidir.
Me he equivocado contigo. Lo peor de todo es que lo veía
venir… iba directa a un precipicio que no sabía si iba a ser capaz de saltar sin
caerme. No por ti, no por él… sino por mí misma. He querido que fuera siempre protagonista,
nos debíamos tanto, que siempre fue importante sin merecerlo. Desde el primer
momento sabia que no me lo iba a poner fácil, no me iba a dejar ser feliz. No se
iba a sentar para verlo, ni me iba a coger la mano para llevarme a un camino
que no se encontrara él. “Yo siempre voy a estar en tu vida” me dijo y lo cumple,
pero no me contó cómo. Y la verdad es que nunca me pregunté por qué. Lo obvié,
“él es él” me decía continuamente para perdonarnos todo. Para mirarnos con los
mismos ojos después de meses sin vernos. Para seguir cargando con cosas que no
nos correspondía. Ya no.
Hasta que llegaste tú… sé que al principio te evitaba. Y si,
era por él. Por lo que él dijera, lo que él pensara, porque vosotros estabais muy
unidos… hasta que creía que él haca su vida, donde yo no entraba y me dio luz
verde para hacer la mía. Y mientras tú te ganabas a pulso que te quisiera, te
ganabas un hueco en mi vida, en mí día a día y en mi frío corazón. Creo que ninguno de los tres creía que perderíamos en el juego. Él no pensaba que fuera
a seguir adelante, tú no creías que hablaríamos de sentimientos… ¿y yo? Yo no sé
lo que pensé. Pero no quería perderos a ninguno de los dos.
Me he preguntado muchas veces si es posible querer a dos
personas a la vez. Nunca tengo respuesta, supongo que no está bien visto y que
es imposible querer a alguien que no te hace bien, ¿no? de una manera u otra, yo te
elegí a ti. Decidí alejarme de él. Seguir contigo, lo nuestro me hacía
inmensamente feliz y pocas veces me acordaba de él. Y las pocas que lo hacía es
porque alguien le nombraba… porque si hay algo que creo que no podré conseguir
es que deje de ser quien es, incluso en mi familia.
Encima, muchas veces quien
le nombraba eras tú. Pero sé que soy débil. Que por seguir empeñada en no
perderle, en mantenerle en mi vida, hay veces que se me olvida que tú estás
primero. Pero no toda la culpa es mía… vosotros también jugáis con fuego y
alguno de los tres iba a salir mal parado. ¿Me ha tocado a mí? Vale, lo asumo y
lo acepto, incluso lo prefiero. Pero que sepas, que yo quería tu parte, no
partirme en cien. Necesitaba más de ti, y quizás si me lo hubieras dado,
seguiría esforzándome porque solo fuera un mero espectador. Pero no solo yo le
doy importancia, tú en muchas ocasiones también lo haces. Y que si alguien ha
decidido, y no me ha elegido, has sido tú…
Belén Triguero Guijarro
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