lunes, 4 de febrero de 2019

Corazón en la guantera

Conducías tú. Normal, sabes que yo odio conducir. Los semáforos estaban llenos de tensión. Tú mirabas para otro lado y yo para tus piernas cuando cambiabas de marcha. En la radio del coche sonaba «Y ahí estás tú, llenándolo todo de luz».

Llegamos a un sitio donde quedaba luna y nada más. Sonaba el mar. La radio ya sobraba. El silencio excitaba. Guardaste el corazón dolorido en la guantera junto con tus bragas. Recuerdo que mis manos cubrían cada centímetro de tu cuerpo y tu cabeza se apoyaba contra el asiento.

Gemías, respirabas fuerte, deseando que mañana hubiera cena para dos. Viajar por países en vacaciones. Y que nunca dejara de recorrer la autopista de tus piernas. Y saltarme los peajes. 

Defreds


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