Mi sitio

Los lunes... Los domingos... Da igual el día, el día de volver a la realidad siempre es duro. Cabezabellosa tiene algo especial, y no es un sentimiento de pertenencia a ese lugar, ¡qué va! Es mi lugar. Es una sensación más de conexión como el que podemos sentir con una persona. Conectamos, me relaja más que mil canciones, me hace ver que pequeña soy yo respecto al mundo, por tanto los problemas que nos atormentan no son tan graves, son tan pequeños como nosotros ante ese mundo que te enseña desde sus montañas.

Hay un sitio, en concreto... Qué es mi lugar favorito en el mundo. Hace que ponga el cuentakilómetros a cero. Allí sólo hay silencio, el mínimo ruido es aquel que la naturaleza te susurra en tus oídos... La brisa de ahí arriba te limpia las lágrimas, te llena los pulmones de aire y te obliga a volver a empezar, a seguir luchando.

Cuando me preguntan si soy creyente, digo que no. No creo en nada sobrenatural, porque sé lo que es estar en el cielo, tiene forma de piedra. Desde ahí alcanzas la felicidad, los sueños y todo lo que te propongas... Sobre todo, las ganas y los caminos correctos que te llevan a aquello que quieres.

Este fin de semana, se lo he mostrado a alguien.

No sé qué habrá sentido ahí arriba, en mi sitio. Quizás haya sido muy pronto enseñar algo tan íntimo, tan mío, mi lugar, mi inspiración, mi momento de soledad, el lugar al que huyo cuando todo va mal  o... bien... Pero así me ha salido, porque hay gente que saca lo mejor de ti. Te obliga a abrirte, en el mejor sentido de todos. Te obliga porque no te queda otra, porque te sale ser tú, porque no puedes llevar todo el día una armadura, porque a veces cansa ser lo que no eres... No me arrepiento, solo me sorprendo a mí misma.

Para terminar solo quería decir que echo de menos esa piedra, esas vistas, mis montañas, mi vida en el campo donde todo es fácil, donde el frío se lleva mejor porque... Simplemente eres feliz.

Patricia Izquierdo Díaz