martes, 5 de febrero de 2019

Motivo (I)

Ella es caótica e impredecible.
Nunca sabes si te va a amar o te odiará,
si va a huir o te pedirá que no te vayas nunca.
Y es por eso por lo que hay que amarla:
porque en sus idas y venidas
puede ofrecértelo todo
o dejarte sin nada.
Tiene una tristeza que duele,
sin embargo
no he visto a nadie, jamás, 
reírse tan fuerte de la vida.

Por eso la amé,
porque era lo más parecido a la felicidad
que había encontrado.


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