Pues apareció alguien que, solo con tu mirada y dos frases sueltas, lo entendió todo. Se dio cuenta de que tus pensamientos son tantos que hasta duelen, que los callas día tras día.
Y luego, joder, miras a tu alrededor y hay personas que las tienes delante durante miles de horas, con las que compartes miles de cosas, detalles y viajes, puede que incluso sexo y sofá, y no se enteran de nada. Ni cuenta de que algo pasa.
Y yo qué sé, no te vayas.
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