domingo, 3 de febrero de 2019

El autobús

Joder, qué frío, que ya es diciembre, casi sin avisar. Las 9:27, un poco apurado, pero justo. Princesas en mi iPod. Un montón de gente en la parada del autobús. Rebusco el euro treinta y dos. El conductor no me parece que tenga un buen día. El mío ni bueno ni malo, pensamientos mezclados desde el desayuno. De esos que quizá no entendería alguien que no ha nacido al lado del mar. Últimamente los días solo van pasando. Mejor voy a tirar hacia el final, que parece que hay más sitio, con suerte un asiento perdido. Joder, de qué me suena esa cara. Demasiado familiar como para pasar desapercibida. Creo que no me ha visto. Ya caigo, es mi primer amor, lleva al lado un niño rubito, diría que de su mismo color de pelo. Por un momento es como si no hubieran pasado diez años. Pareces triste. No hay nada más que silencio. Alguna cana más y el mundo empeorando poco a poco. Te sigo mirando de lejos, tú miras por la ventana, te bajas a las tres paradas. Yo ya no sé dónde estoy, pero sigue haciendo frío. 

Defreds


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