Querido amigo:
Te echo de menos. Sólo un poquito. A veces, bastante. Me gustaría poder quedar hoy a tomar "lo de siempre", a contarte que me vuelvo a encerrar en mi burbuja. A contarte de que me he vuelto a vivir tras la muralla y tras la armadura. Que hay días, que no encuentro mi sitio. Que hay días en los que sólo quiero huir conmigo misma, o contigo, porque me conoces a la perfección. Seguramente, en un día como hoy, traerías una bolsa de regalices rojos para cuidarme. Para cuidarme, como siempre, como desde el día que nos conocimos.
Si ahora mismo te escribiera, por mucho que estuviéramos de broma, sabrías que algo hay detrás de una bonita sonrisa y una mirada apagada. Empezarías a mirarme por dentro, a hacerme la revisión, y al final darías con la clave, como con tus coches. Sí. Estoy empezando, como te he dicho, a encerrarme de nuevo. A alejarme de todos un poco. A sentarme a ver como pasa la vida sin que me toque, sin que me hiera, sin apostar porque no quiero perder, y no me importa ganar.
El problema de siempre, ¿verdad? ¿Qué es más valiente, el que se va o el que se queda? ¿El que apuesta sabiendo que puede perder, o el que directamente no juega? Siempre dices que soy la persona más fuerte que conoces. Pero es mentira, y no lo ves después de 15 años. Soy fuerte, porque siempre termino sacando a todos adelante, pero no soy lo suficientemente fuerte para sacarme a mí del hoyo en el que me estoy metiendo. El hoyo, que no es nuevo... Esas temporadas, donde no hay motivación por nada. Lo académico parece una pérdida de tiempo, los planes que te proponen son repetitivos, las personas son las mismas y sus problemas también. ¡Ojo! ¡Como yo! Se llama monotonía, dice Clara. A mí eso me hunde. Necesito gasolina, novedades, cosas que me interesen... planes nuevos, retos. No lo sé. Te necesito también un poquito a ti. Los mimos que me das mientras yo te aparto y te digo, ¡qué pesado, siempre encima! Soy un poco rancia, tienes razón. No me dejo querer, no me dejo ayudar, no dejo que nadie esté cerca mucho tiempo.
Quizás no sepa valorar a las personas, y eso tenga que darte la razón. Que a veces me piense Wonderwoman y sólo tenga el "woman". Ya hemos pasado por esto. Ya te sonará, en caso de que lo leas.
Me sale escribirte hoy, porque ayer estuve viendo fotos nuestras, de mis cumpleaños, un vídeo que me hicistéis. Nuestra canción de Bruno Mars, el día que la elegimos... "Count on me". Muchos recuerdos en un vídeo. Estuve hablando con Clara de Porcelanosa. De aquella noche... Aunque recuerdo poco, y no sé si tú tienes algo que ver. Supongo que algún día lo hablaremos. Supongo que algún día hablaremos. Y me llenes de mimos y regalices rojos. Te echo de menos, peque. Pero es mejor así, para los dos. Lo sabemos, y lo estamos haciendo bien, porque precisamente nos queremos y hay mucho que salvar. Mucho.
Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde... Has desaparecido muchas veces de mi vida, y ya sabes por qué, pero sabíamos que volveríamos a encontrarnos. Esta vez es algo diferente. Pero saldremos de ésta. Como siempre. Saldremos de ésta...
Patricia Izquierdo Díaz
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