martes, 12 de febrero de 2019

Esa soy yo

Si tuviera que elegir un adjetivo que me defina, siempre será desastre. Creo que soy un desastre porque va acorde con mi vida. Una vida que se asemeja a una montaña rusa. Pero tengo que admitir que me gustan las alturas, me gusta soltar adrenalina… soy de las que levanta las manos en la caída libre. Cierra los ojos y disfruta con el gusanillo que sube desde el estómago a la garganta. Y sonríe. Porque no correr en la carretera, me parece aburrido, porque me gusta hacer rally en las rotondas, y los semáforos siempre me parecerán un estorbo. Así que, supongo que, masoca también me define. 

Nunca me lo han puesto fácil, y lo que me lo han puesto, ya me he encargado yo de que no lo fuera. Complicada por naturaleza. Y follonera, la tranquilidad no va conmigo. 
Con el paso del tiempo he aprendido a controlar mis impulsos, pero no me toques mucho las palmas, ¡qué me conozco! Soy mal hablada y cualquiera que me conozca, sabe que tengo paciencia para decir las cosas, pero cuando hablo soy demasiado clara, soy tajante y me suelen perder las formas. Pero tiene fácil solución, no me busques, porque me encuentras. 

Me gusta soñar despierta, mi cabeza esta maquinando hasta cuando duermo. Suelo ser realista, aunque tiro hacia la negatividad. Y reconozco, que hay veces que me duele llevar razón. Pero soy cabezona y se me va el tiempo en mi lucha interior. 

Soy experta en aparentar que las cosas no me importan. Pero lo cierto es que debato conmigo misma más de lo que debería. Valoro demasiado igual que pienso en exceso. Me mantiene enganchada no entender las cosas, porque mi afán es entenderlo todo.

Soy impaciente, e inquieta. Culo de mal asiento como dirían en casa, y estoy en el mundo porque dios no pasó lista esta mañana, según mi padre. Porque soy bastante despistada, y más por las mañana, ya que madrugar va en contra de mi voluntad. Me gusta tenerlo todo controlado, y eso hay veces que me hace ser un poco calculadora. Y a la vez, que me decepcione fácilmente. 

En el fondo, soy cariñosa. Aunque evite el contacto humano, creo que no hay nada mejor en el mundo que los besos. Y si rascas un poco en esa capa de hielo, hay una romántica empedernida que se cree las películas románticas y se bebe los libros de amor, como las cervezas los viernes por la noche. 

Sácame a bailar y te sorprenderás al ver que no tengo límite. Y que a mi locura cuesta seguirla el ritmo. Adoro que me duela la tripa de reírme y sonreír siempre será mi seña de identidad aunque solo tenga ganas de llorar. Pero de eso no te vas a enterar. 

Muchas veces hablo más con los ojos, aunque son marrones y tienes puntitos negros. Que con la boca. Pero me salen ulceras en la barriga si me callo las cosas.

Defiendo mis ideas y a los míos, con uñas y dientes. No me importa salir mal parada aunque también me caso de dar más que recibo. Y huyo con facilidad. 

Orgullosa, un poco rencorosa, mas chula que un ocho y vacilona. Pero… quitando mis defectos, mi poca delicadeza, mi poca salud mental y mi nula simpatía… yo creo que soy un buen partido.

Belén Triguero Guijarro


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.