Estamos jugando a un juego que tiene pinta de no tener ganador. Empate a silencios. Empate a ignorarnos. Ya no tiras el dado de quedarte sin palabras. O a jugar a las mentiras sabiendo que son verdad.
Las que ganan son las ganas, que seguirán acumuladas, como si mantenernos al margen fuera a olvidarnos.
Cada uno seguirá su vida, tú la de la línea recta. Yo la de ser gilipollas. Seguirás sin cambiar de peinado, disfrutando debajo del agua y muriéndote de ganas de perder el sentido.
Anotando en cuadernos los días que terminan en años sin recibir un abrazo de los que aprietan de cabeza a pies.
Qué tontería decirte que te echo de menos. Aunque sé que no volverás, floto en tu cabeza. Yo intento salir a flote.
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