domingo, 17 de febrero de 2019

Priscila

Priscila. Ese es su nombre. Pese a tener nombre tan raro, algunos grupos le hicieron canción.

Ya no es tan pequeña. Hubo un tiempo en el que le hicieron creer que ella tenía la culpa de todo. Bajaba la cabeza, asentía y hacía lo que le pedían. Un día reventó y se juró que nunca más alguien le haría sentirse tan culpable por cosas sin sentido.

Construyó un muro tan grande a su alrededor que por momentos pensaba que nunca volvería a sentir cosas especiales. Tiraba por la ventana todos sus sentimientos. Desde un décimo piso.

Lo que no esperaba es que en el sito más inesperado apareciera alguien que le diera seis mil vueltas a la cabeza. Alguien prohibido que poco a poco la fue conquistando. Tan cerca estaba como lejos se fue. Con sus dudas y movidas.

Ahora le toca callar y seguir disfrutando de las cosas bonitas que van apareciendo en su vida. Despacito y con buena letra. Que todavía se para el mundo cuando sonríe.


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