Suena «People Help The People», y no me preguntes la razón, pero sales en mi mente. Me doy cuenta de que he perdido, pero eso no quiere decir que esté arrepentido. Yo también te dije que, si tenías días malos, me dieras la mano, que yo la sostendría. Y ya, ya lo sé, tú nunca pides ayuda. Que no hay nada que no puedas superar. Pero, joder...
No me cabe duda de que lo tienes todo para triunfar. Para ser feliz, esperemos. Que parece que todo va unido, pero no. Que los dos sabemos que tu sonrisa picara sale muy poco últimamente. Y menos mal, si no me hubiera enamorado el primer día.
Y estaría bien enamorarse de alguien que normalmente actúa con una frialdad que ni el témpano, pero seguramente volvería a perder otra vez. Y algún día dejarás que alguien se acerque un poco a ti, no seré yo, eso casi seguro. Te veré por las calles de la ciudad, de una mano. Todo muy atractivo, pero sin las caricias que hagan que no te quieras levantar nunca más.
Reina de las desventuras, yo seguiré repartiendo amor, sin recibir de ti nada. Sentado en los columpios de mi calle.
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