Los que más corazón muestran, suelen ser al mismo tiempo los que más destrozado lo tienen. Y aun así se siguen arriesgando. No se guardan ni un poquito para los "por si acaso". Van con todo y de frente. Hasta el final, hasta que encuentren a alguien que vea la vida del mismo modo. La pena es que rara vez lo encuentran. Por eso hay tan pocas historias de amor como la de los cines. Existen, pero, por desgracia, siempre acaba siendo uno sólo el que quiere que sea de película, mientras que otro le vale con que sea de Instagram y con la mente puesta en el siguiente perfil.
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