Tienes que comprender que la vida son decisiones. Una detrás de otra, sin posibilidad de rectificar en la mayoría de los casos. Muchas veces ésta nos pone dos caminos delante y tenemos que escoger uno. Esto o aquello. Ganar y perder al mismo tiempo, elijas el que elijas. Y no hay truco, atajo o manera de pillarlo todo.
Hay que escoger, pero ¿qué se hace cuando no quieres escoger? ¿A quién puedes recurrir? ¿Quién puede aconsejarte sin estar dentro de tu piel?
Tienes que ser consciente de que la única realidad es que no existe una decisión que sea completamente correcta o que te asegure que no te vas a equivocar -menos aún alguien que pueda dártela-. Sólo hay eso, decisiones tomadas y por tomar. Una detrás de otra. El camino que elegimos continuamente. Nuestro camino.
Te voy a dar un consejo muy sencillo: si tienes dudas a la hora de tomar una decisión importante, escoge siempre la que te haga más feliz, por mucho que destroces tu vida.
Porque para eso es tu vida.
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