Es simplemente ella. Siempre tienes que esperar al desayuno para saber si tendrá un buen día o uno realmente malo. Al despertar, mejor que no preguntes nada. Deja que entre un poco el sol por la ventana.
Y luego ya veremos.
No dudes que siempre estará ahí si no le fallas. Pero si se enfada, ya no hay quien la pare.
Tiene muchos fantasmas del pasado que demasiadas veces llaman a la puerta para molestar. Y mira que muchas veces no quiere abrirles, pero terminan tirando la puerta abajo.
Por eso, algunas veces te desquicia y no sabes qué hacer.
Eso sí, cuando se ríe, es invencible. Y os puedo asegurar que solo con verla esbozando la sonrisa ya merece todo la pena.
Quererla suena realmente a poco. En todos los sueños que tengo cerca sale ella saludando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.