Muchas veces el silencio es todo. No hace falta decir nada para sentirlo. Ya lo decía ese texto de «Amor es silencio».
Algunas veces estoy en el silencio y no te espero. Pero escucho el sonido de las llaves. Estás a punto de entrar en casa. Cansada del trabajo y de todo.
Pero a mí se me pone cara de bobo cuando me dices que tienes ganas de una ducha. De cenar charlando y ponernos una serie.
Y ahí estamos sentados en silencio. Enciendo la tele, te veo apoyarte en mi hombro. Creo que nadie pasa por la calle, ni un solo coche. No se escucha nada, pero en mi cerebro hay tanta alegría que suena música bien alta.
«El corazón me arde», como dice Andrés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.