Hoy he cerrado una etapa más de mi vida. He tomado una decisión, la que os dije que después de la cuarentena iba a tomar. He terminado definitivamente con el pollito. Nuestra relación, a mi modo de ver, se había estancado precisamente porque... por motivos X, no hemos sabido reanimarla.
Hoy, en Polvoranca, hemos hablado largo y tendido sobre todo lo que teníamos que aclarar. Todas sus dudas, que siempre tiene alguna. Sobre, el personaje de mi vida que no me deja avanzar, y mil temas más. Aún así, me ha quedado buen sabor de boca. Creo que desde el inicio estábamos abocados al fracaso. No es mi persona, puesto que no eclipsa un pasado tan duro como el que tengo a mis espaldas, ni un presente con el que convivo.
No es culpa de nadie. Simplemente, no salió. Así que, quiero escribirte esto para ti. Recuerdo la primera vez que nos vimos, yo iba con mis palomitas para ver lo que me deparaba esta cita, una más entre los mil pof con los que había quedado. Solo que él, venía con recomendación de una amiga. Me quedé boba mirando sus ojos, y como él se escondía detrás de su jarra de cerveza en los Montaditos. Como apenas hablaba. Me hacía gracia, ¡un pollito!
Hemos quedado siempre que hemos podido, hemos profanado yo creo que todos los descampados y parques que hemos tenido a mano. Lugares que se quedan para nosotros. Y llegó el primer viaje, Valladolid. Y el segundo, Granada. Creo que ambos, los recordamos con mucho cariño. Fueron alucinantes. Me lo he pasado genial. Hemos tenido baches, casi desde el inicio de la relación, por eso digo lo de que estaba abocada al fracaso. Baches que han hecho mella, y que nos lo han puesto muy difícil.
También los diferentes caracteres de ambos. Un terremoto hiperactivo como soy yo, y él que es más sereno que la marea en calma. ¿Qué ha pasado? Que no encontramos el equilibrio. Que a mi todo se me quedaba pequeño, rutinario, lineal. Y si sumas una cuarentena, lo poco que hay, se acaba apagando. Podría escribir mil cosas más, pero, por una vez, ya que mi blog lo lee tanta gente, me las voy a quedar.
Concluyendo, necesito que sepas que no has sido uno más en mi vida, sino alguien especial, al que no se puede obligar a que te quieran como uno quiere, que hay cosas que simplemente deben salir, y no han salido, y yo, tampoco me puedo obligar a quererte, porque no se puede obligar a nadie a querer a nadie. No voy a meter a nadie más, esta es una historia de dos. Y tampoco es un final, yo no voy a desaparecer, y tengo entendido que tú tampoco. Aunque quede muy típico, podemos ser amigos, o intentarlo, quizás se nos de mejor, aunque sabemos que nuestro concepto de amistad no es el mismo.
Creo que todo se puede resumir en que somos incompatibles, y que a veces las cosas pues no van y ya está, y forzar, está de más. Pero quería que supieras que siempre vas a tener un espacio en mi mente y en mi corazón, incluso en mi álbum de fotos, y que ha sido un placer compartir estos meses contigo, que al final, quiero quedarme con eso.
Así que... Nos vemos.
Patri Izquierdo Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.