Los hombres son fáciles, de verdad, son fáciles. Lo difícil son los sentimientos.
Cuando algo se mueve en el corazón, la has cagado. En ese momento has empezado a liar las cosas, a hacerlas difíciles, a tener ese run run en la cabeza que no cesa.
Hay días que en los que una desea lo fácil. Hacerlo con la luz encendida, hacerlo con alguien que ni siquiera tienes un tema de conversación, donde no intentas cumplir expectativas, donde tu intención no es gustar. El objetivo es pasarlo bien por un rato. Yo lo comparo con el alcohol, de hecho, puede llegar a ser adictivo. Las personas pueden llegar a ser adictivas tanto como el sexo o cualquier otra droga.
Es verdad que durante un polvo olvidas todo lo demás. Olvidas a aquel chico que te gusta pero que prefiere regar otras flores, ese problema laboral, los problemas familiares... En fin, olvidas tu mundo por un momento, te bajas de él, y eres feliz. Pero es una felicidad de mentira, es tan momentánea y corta como el orgasmo. Después de él, la realidad continúa ahí.
Cuando hay sentimientos es algo muy diferente, cuando hablamos de amor no es algo momentáneo, ni ligero, ni corto, ni pasajero... Es complicado, a veces faltan hasta palabras para expresarlo.
En este momento de mi vida, donde la protagonista solo soy yo, elijo lo fácil.
Patricia Izquierdo Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.