No tengo tiempo. Pero no tengo tiempo de verdad. ¿Quién dijo que el tiempo se podía tener? Porque si lo tuviera, lo guardaría en un cajón para ir soltándolo a ratos y aprovechándolo bien. Pero es que el tiempo tampoco se aprovecha. El tiempo no se para, el tiempo no se detiene. El tiempo es eso. Tiempo. Y ya. No lo paras, no rebobinas, no pasa más rápido por estar feliz y tampoco pasa lento por no encontrar la salida. Va a su ritmo y siempre es el mismo. El mismo tempo. La misma ansia. El tiempo es solamente una palabra. Es vida. La evolución y sus cambios. Algunos lo usan para hacer el bien. Y otros hieren. Cada uno con su tiempo, pero el tiempo pasa para todos. A algunos les dura más. Y a otros se les acaba pronto.
Pero el tiempo te enseña.
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