sábado, 8 de diciembre de 2018

Escuchar silencios

Deberíamos escuchar mejor. O simplemente escuchar. Imagino un día entero descubriendo todo lo que hice mal. Todas las lágrimas que provoqué. Los gritos que no atendí. Las frases que dejé a medias y los «lo siento» que no dije. Los silencios que llenamos con palabras vacías y miradas esquivas, buscando una puerta para escapar. Cualquier cosa por no tener que escuchar. Esos silencios deben ser escuchados. Porque hay silencios que dicen mucho más que libros enteros, mucho más que miradas frías. Hay silencios que tienen la suerte de convertirse en música, de sonar bonito, de ser algo esencial. Ese silencio que llora por ti o que pronuncia el «te quiero» que no te atreves a decir.
Hay silencios que no son silencios del todo. No estás en silencio cuando escribes con tu móvil. Ni cuando cocinas, aunque no digas nada. El silencio no es el momento en el que no decimos nada. No. Va más allá. Es algo que está ahí y que nadie ve. Nadie escucha. Nadie aprecia. El silencio lo encuentras cuando vas a buscarlo en medio del bosque, en una calle vacía a las tres de la mañana o en una playa con el romper de las olas. Eso es silencio. El silencio también es tu mente rebuscando y pensando en tus planes y errores, mirando al techo.

El silencio a veces también es ruido.

Pero búscalo y escúchalo. Porque el silencio también habla.

Laura Escanes


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.