domingo, 2 de diciembre de 2018

Domingo

Hoy es uno de eso días, en los que andas, por andar. En los que hablas solo. En los que ríes por no llorar. Supongo que es lo que tienen los domingos. Analizas la semana, y caes en la cuenta que las cosas no van como a ti te gustaría. Y que empieza otra semana… otra semana igual.

No sé muy bien porque, pero hoy mientras estudiaba me ha venido a la cabeza como seria nuestro reencuentro. La verdad es que lo veo algo lejano, para ser más exacto, lo sitúo en semana santa. Y sé que es mucho tiempo. Mucho. Pero es que no creo que nos veamos antes. Si, pueden pasar mil cosas, te habrás ido y habrás vuelto miles de veces, nos dará tiempo a  discutir otras mil. Podríamos olvidarnos o podríamos mantenernos ahí. Y no sé cuál de las dos me gusta menos.

Quizás, por mi estado de ánimo y por todo lo que ha ocurrido últimamente, lo que me imagino no es precisamente agradable. Estoy segura que saldrá la peor versión de Belén. Esa Belén orgullosa, fría, pasota… la misma que no se va dignar ni a saludarte. Ni se va acercar a ti en toda la noche. Y la que te va a contestar mal, si se te ocurre decir algo. Pero… ¿y tú? No sé cómo imaginarme como actuarias tú ante tal situación. Hay dos opciones, que salga ese tú, que es tan yo. Ese que con tal de quedar por encima, también pase de mí. El que va hacer como que todo le da igual con tal de fastidiarme. O quizás, es que te dé igual de verdad. Aunque también puede salir ese tú, que me encandilo sin que tú lo supieras. El que me escribiera por whatsapp para poder acercase a mí de alguna forma, el que quiere estar conmigo a su manera, al que se le ocurriera la forma de hacerme sonreír… el que me obligara a subirme al coche para hablar y no me dejara en paz hasta que nos besáramos.

Somos tan impredecibles… mentiría si dijera que sé que va a pasar. Quizás me sorprenda a mí misma y cuando llegue la fecha me permito pasar unos días geniales contigo. A lo mejor le doy un respiro a mi pobre conciencia y decido no perder el tiempo como en verano, y me da igual lo que venga después.

Aunque en este momento lo único que me apetece es girarte la cara, que veas que no eres más listo que yo. Demostrarte que yo también se pasar. Ahora mismo, que bajo el volumen cada vez que suena nuestra canción. Ahora, que me he quitado tu pulsera. Que he archivado tu conversación para que no salga en mi lista. Ahora, que no le doy a “me gusta” a tus fotos ni leo lo que compartes en el Facebook. Si te viera ahora, ten por seguro, que esa Belén cariñosa que también conoces, no iba a salir. Saldría la loba dispuesta a morderte. El problema, es que sé que la loba te gusta, y que probablemente después de discutir, de tirarnos los trastos a la cabeza, de decirte lo imbécil que eres y tu repetirme eso de “hija mía eres una histérica”, nos reconciliaríamos. Como siempre… así que, ¡yo que sé que va a pasar!

Pero en fin, de aquí a que llegue… pues quien sabe… 


Belén Triguero Guijarro



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