La verdad tiene color y es azul. Es ese azul que inspira porque también tiene sonido. Y aroma. El azul huele a mar y sabe a sal. El azul es el color de la inspiración en los momentos débiles. Es el color del perdón en las discusiones. Los «yo también» que acompañan (a veces) a los «te quiero». Es también el color de los sueños que nos atrapan y nos persiguen hasta cumplirlos.
Hay palabras azules que solo son azules para inspirarnos.
Porque el azul del mar inspira.
El azul es la calma.
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