miércoles, 12 de diciembre de 2018

Lo que no decimos (hasta que estamos solos)

Lo siento. Todas esas veces que no tuve el valor de pronunciarlo. Ni tampoco las ganas de decirlo. O esas que creía que no era yo quien debía hacerlo. Esas veces que aún creía que la culpa existía. Que no era culpa mía, decía. Cuántos abrazos abandonados. Cuántos «lo siento» perdidos.

Gracias. Cuando fingía que no veía lo que hacían por mí. Cuando no valoraba el esfuerzo del otro. Cuando pensaba que me merecía eso y no tenía por qué darlas. La sonrisa que no devolví. El abrazo que no pedí. Las gracias que no di.

No. No me dejes. No desaparezcas. No grites. No mueras por mí. No sufras. No quiero. No, gracias. Y yo, sin embargo, me quedé callada. No te vayas.

Lo que no decimos
hasta que estamos solos.

Laura Escanes


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