lunes, 8 de julio de 2019

Búho

Y cuando te vi, me di cuenta de que tu sonrisa imperfecta era perfecta. Y que tus ojos decían que querías volver a amar.
Sin querer, nuestras manos se ponían ojitos mientras en la ciudad llovía. Subimos a lo más alto de la ciudad.
Ancianos sentados en bancos y yo deseando saltar al vacío de tu boca. Y escalar por tu espalda. Tiendas de discos antiguos. Callejuelas. Callejuelas de Madrid. Hasta los tristes sonríen cuando sale el sol. La importancia de los besos, que ni las prostitutas los tienen en venta. Metralletas mis caricias.
Suena Cigarettes de Russian Red. Un hombre escucha la radio. Gol en las Gaunas. Cuando yo era pequeño y ahora tengo dos canas. Y las mismas ganas.
«Peluquera, póngame tupé».
Regalices rojos. Heineken. Mira la luna qué redonda. Como tus ojos. Hotel con llave electrónica. Algunas paradas de autobús. Búho. Casi no duermo. Cucarachas en verano.
Rojitas tus orejas. Mucha cerveza. Tetris. Nuestras piernas.
Puede que no entiendas nada. Yo tampoco. Palabras. Seguro que alguna importa.

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