El ángel de la guarda y su ejército

Y me di con una pared. Así es. Pero estás conmigo a pesar de todo. Porque nos queremos "a pesar de".

¿Cómo voy a agradecerte todo esto? Solo pensar en el miércoles me da vértigo. Te voy a echar de menos, es una sensación rara, me siento huérfana de repente. Es una semana. Después te quiero aquí de vuelta conmigo.

Mi persona favorita. Con mi ejército de chicas. Mi ángel de la guarda. ¿Cómo os voy a agradecer tanto todo lo que hacéis por mi? No salen las cuentas. No tengo la mente para escribir mucho hoy. Pero cada vez que te dejo el móvil aparecen escritos tuyos en mi blog. Gracias por cuidarme tanto, por estar, por protegerme. Gracias por discutir conmigo hasta niveles desorbitados porque eso... es cariño, es amor, es querer. Gracias por no dejarme sola y cuidar de mi familia, porque no tenías por qué, por darme una casa y una cama. Gracias por llevar 15 años regalándome una vida mejor.

Te dije yo a ti que viniera quien viniera nadie te quitaría el puesto. Y nadie lo ha hecho. Creo que pocos pueden igualarse a ti. He leído las conversaciones. Te he leído, y no me has podido emocionar más... Que te sientas orgulloso de mí, que me veas la chica más fuerte del mundo, que sea un modelo a seguir por todo lo que he conseguido, que se lo digas a mis amigas como si fuera una ley escrita en las tablas de Moisés, en días así, o rachas, creo que alguien que te diga lo que vales y que lo haga con tanto amor, es lo que se necesita. Saber, palpar, sentir que no estoy sola.

Lo nuestro es para siempre. Ya lo estamos viendo. Y siento una seguridad a tu lado que jamás la he sentido con  nadie. Aunque me pongas verde, que también lo he leído, pero nada me ha sorprendido porque me lo has dicho mil veces. Gracias por todo, tener un ángel de la guarda como tú no tiene precio, ni tus besos, ni tus abrazos, ni tus caras de circunstancia, ni tu mirada, ni tu paciencia... 

Belén, no sé qué más decirte. Eres absolutamente maravillosa. Cris, Clara, Patri, sois mi gran tesoro. Estoy muy orgullosa de teneros.

Patricia Izquierdo Díaz