—Intentas no recordar aquellos momentos. Aquellos labios. Pero su olor... jodido olor, que nunca se te olvida.
—Lo de tener buena memoria para recordar las cosas está muy bien hasta que te enamoras. Ya verás después lo que cuesta olvidar.
—Recordar que nunca ningún corazón se mucre del todo.
—Toma, un domingo por la noche. Vamos a recordar y a rayarnos un poquito con la luz apagada.
—Solo el miedo evita las mejores cosas. Las mejores charlas. Las mejores caricias. Los mejores besos. Somos de huir, escapar y recordar.
—Sábado noche. De recordar. De dejar los vasos vacíos y no medio llenos. De fiesta o de no poder dormir. De insomnios. De besos de portal.
—Duele, pero algunas veces también es bonito recordar algunos momentos.
—Si algo nos enseñó Joaquín Sabina es que las noches nos hacen recordar mucho más que los días.
—Hay personas que dan más que personas. Abrazos que curan más que medicamentos y olores que te hacen recordar cosas que tenías olvidadas.
—Las madrugadas nos hacen recordar lo que creíamos olvidado.
—Los días de sol y calor como hoy, te hacen recordar que nunca llueve para siempre. Por dentro digo.
—Hay canciones tan intensas que te hacen recordar incluso cosas que no han sucedido. Pero que estuvieron a punto. Y aún te quedan ganas.
—Que algunas veces no olvidas. Simplemente estás con alguien que te hace recordar por un rato.
—Y ahora estarás en cualquier bar tomando un café con hielo sin recordar lo bien que me sabía de tus labios.
—Y de repente, su perfume. Como si no hubiera miles en el mundo. Que justo te viene a la punta de la nariz y te hace recordar. Joder.
—Aunque pases página o quemes el libro, siempre vas a recordar, al menos, la mejor paite porque te la sabes de memoria.
—Llámale soledad o insomnio. Pensar. Recordar. Que se te caiga el móvil en la cara. Llámale domingo por la noche.
—Hay personas que joden canciones. Literalmente.
—Yo seguiré por ahí por si un día tienes miedos. Por si quieres sentar cabeza en mi pecho. Por si quieres recordar quién eras. Pero lo dudo.
—Ya no te recuerdo, gilipollas.
—Mira, otra noche en la que el plan perfecto va a ser recordar hasta que se cierren los ojos.
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