Arde, pero dentro arde. Puedes cabrearte, insultar, negar y renegar, que en el fondo arde.
Recuerdo efímero pero intenso.
Sentimiento autodestructivo.
Te regocijas con lo que sentiste, y te estremeces porque nunca lo volverás a sentir. No lo volverás a sentir porque es ceniza, y la ceniza nunca vuelve a ser madera. Y lo peor es que aún te arde, porque , cada vez que la vez, te crees capaz de obrar el imposible de convertir ceniza en madera.
Un imposible que te hace sentir y que a la vez te arde.
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