martes, 30 de junio de 2020

Intento número 21

Espero que no se ofenda porque mi entrada se titule con el número 21, pero para todos es más fácil organizarse y hacerse con la historia de mis Pof. Como he dicho en las entradas anteriores, un café para mí es un café. Un café que no tiene futuro, o sí. Que puede ser el café de mi vida, o el café con un habitante más de la Tierra.

Estoy en la época donde la ilusión se fue a Nunca Jamás, y con esto de la pandemia, aún no ha vuelto, deben estar en cuarentena. Es un chico que mejora en persona mucho, gana más que en las fotos de Instagram. Estuve super a gusto con con él: un café, un Nestea... Y porque las obligaciones de un lunes me requerían, y lo vio él, ahí estaba mi madre llamando sin parar.

El caso es que volvería a repetir una quedada con él, incluso los planes que nos gustan son muy parecidos. Pero no me planteo ahora mismo nada con nadie. Se lo dije a él porque no tengo secretos, ya no vivo con las mariposillas, ni nada de eso. En mi caso, surge con el tiempo, con el día a día... Con detalles, no sé. Realmente no sé qué tiene que pasar u ocurrir para que alguien ilumine mi escala de grises en la que me muevo. El chico no tiene ningún fallo, pero eclipsarme en un café, es tarea difícil... Pero no me cierro a nada como le dije a él. Dar un veredicto ahora mismo me supone un compromiso, ya que siendo sincera, no sentí nada especial que me hiciera volar por las nubes ni cosas de esas que se escriben en las novelas románticas... ¿Qué podría ocurrir? Quizás con el tiempo, sí. Que nos conocemos más, y amigos forever, pues tampoco lo descarto. 

Así que os dejo aquí mi cita con el número 21 de Pof... ¿Habrá segunda parte?

Patri Izquierdo Díaz


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