Llevo dos semanas concretamente bloqueando a gente sin parar. Ya sin pensar si me apuráis. Estoy cansada de hombres que requieren mi atención 24 horas. Chicos que no los conozco y se atreven a juzgarme. ¿Acaso es tan difícil respetar la opinión de la otra persona? Esta gente, creerme, está mal de la cabeza. Entonces he optado por el bloqueo a diestro y siniestro.
Os prometo que pierdo el tiempo en explicarles porque NO, es decir, porque no me llenan, llaman la atención, no son mi tipo, no me atraen, etc, etc, etc... ¡Pues no es suficiente! ¡Pues bloqueo! No podemos gustar a todo el mundo, y a mi, no me pueden gustar todos, sino estaría... ¿desesperada? Y esto en la semana más pasota del año, como para dar el cien por cien de mí por alguno de estos... Por la legión de seguidores que hay en Instagram.
No soy fría, pero ya no pierdo el tiempo con nadie. Y la experiencia es un grado, a algunos se los ve venir de lejos. Y paso de esforzarme. El año pasado podría haberlo hecho. Pero, ¿este? ¡Anda a la mierda todos uno detrás de otro! ¡A Narnia! (como diría Belén). Me tienen agotada/agobiada. ¿Es tan difícil respetar un "NO". No creo que sea el primer rechazo que obtienen de una chica. A mi me han rechazado miles de veces. Lo siguen haciendo, ¿y qué hago? Nada, respeto al prójimo. Me podrá doler o desilusionar, pero no estoy tocándole las narices cada cinco minutos.
En serio, Hakuna Matata, vive y deja vivir. ¿Creéis que tiene encanto el ser un pesado? Ya os despejo yo la duda. ¡No! No tiene ningún puñetero encanto. ¡Al final me quedo sola en Instagram! Ya lo veréis. Lo voy a terminar cerrando y que le den por culo al blog, a mis sueños y a la gente que sabe emplear bien las redes sociales por culpa de unos cuántos imbéciles, que son lo que son.
"Todas sois iguales", pues porque no te puedo hacer una peineta, que sino te la hacía y me quedaba tan pichi. Le he puesto un "OK", bastante que le he contestado. O sea, porque seas simpático... ¿tengo la obligación de caer rendida a tus pies? ¡Serás gilipollas! He estado con Mister Amable 2019, que lleva años ganando el certamen de Amabilidad, y voy a caer en uno que es... ¿simpático? ¿Me creéis tan tonta? ¿De verdad? Eso me ofende más que el... "todas sois iguales". Para que te llegue una persona hay que ser más que amable y más que simpático. Tiene que tener los ingredientes de la poción que te haga volar y montar en unicornio. Y dar con esos ingredientes en sus justas dosis... Es muy difícil, se llama magia... Incluso Cupido falla.
Patri Izquierdo Díaz
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