Piénsalo. Yo no dejo de hacerlo y cada día que pasa compruebo que lleva más y más razón. Habrá quien te critique, quien no crea en ti o, simplemente, quien te tenga envidia. No podemos gustarle a todo el mundo y, aunque en algún momento caemos en el error de intentarlo, es la verdad. Porque cuanto más te muestres, más sonrías y mejor te vaya, más gente va a intentar derribarte. El mundo está lleno de personas que no soportan a las personas felices, por eso hay que ser capaz de aguantar los golpes de todos esos cobardes que se sientes mejor quitándole la ilusión a otros que alimentando la suya propia.
Recuérdalo siempre. Para ser feliz hay que ser valiente.
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